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viernes, noviembre 22, 2024

Psoriasis: una enfermedad sistémica que afecta a casi 1 millón de argentinos

  • Se estima que entre el 2 y el 3% de la población argentina padece de psoriasis, una enfermedad que compromete no sólo la piel sino que puede asociarse a enfermedades cardiacas,  diabetes, hipertensión arterial u obesidad, entre otras.

  • Hoy se sabe que el médico dermatólogo debe ser el especialista de cabecera que asocie  las distintas comorbilidades y las aborde de una manera integral.

  • Recientemente, durante la realización de la 67º Asamblea Mundial de la Salud, la afección fue reconocida como una enfermedad crónica, no trasmisible e incapacitante que provoca discriminación social y laboral.

f300x0-216824_216842_47La Plata, 16 de septiembre de 2014. – Hasta hace no mucho tiempo atrás, hablar de psoriasis significaba en el imaginario de muchas personas ver manchas en la piel, descamación y picazón. Hoy se sabe que padecer esta enfermedad, caracterizada por un desorden inmune a largo plazo que provoca lesiones en la piel inflamadas y enrojecidas cubiertas por escamas, también se asocia a otras enfermedades tales como obesidad, dislipidemia, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares como hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y trastornos coronarios, y depresión clínica.

La psoriasis se manifiesta con placas escamosas en la piel, que pueden ser simétricas en zonas de extensión (codos, rodillas, cuero cabelludo) y de variado tamaño. A su vez, los síntomas son dispares y van desde prurito, ardor, dolor, sangrado leve por rascado e inflamación de las articulaciones, entre otros. Por otra parte, hay múltiples formas clínicas, entre las cuales se encuentran la eritrodérmica que comprometen toda la superficie corporal y la forma pustulosa, siendo éstas de profunda gravedad. Además, esta enfermedad puede afectar mucosas, semimucosas y pliegues.

“La psoriasis es una enfermedad inflamatoria, de evolución crónica, compromiso sistémico y predisposición genética que afecta al 2% – 3% de la población general. Además, el 30% de los pacientes presentan antecedentes familiares. Puede aparecer a cualquier edad, en personas de cualquier raza y en ambos sexos por igual”, indicó la Dra. Patricia Rafti, Directora Médica del Centro Integral en Psoriasis (CIPs) de La Plata.

Según explicó la experta, existen índices de medición para calificar la actividad de la enfermedad, que afecta a cerca de 1 millón de argentinos, de forma leve (menos del 3% de la superficie corporal comprometida), moderada (del 3% al 10% de superficie corporal comprometida) y severa (más del 10% de la superficie corporal comprometida). “Esto se mide conforme a la extensión de la superficie corporal. Se considera la palma de la mano, desde la muñeca hasta la punta de los dedos, como el 1% del área superficie corporal”, agregó.

Según sostuvo la especialista, quien también es Miembro Fundador de la Sociedad Latinoamericana de Psoriasis, “existen otros factores a considerar en la evaluación, como es la localización de la psoriasis, el compromiso en cara, palmas, plantas o genitales y el impacto psicoemocional de cada paciente. Por otro lado, las articulaciones pueden ocasionar gran dolor y rigidez”.

Una enfermedad sistémica

“Hablar de psoriasis implica también la necesidad de prestar atención a las comorbilidades, es decir a las enfermedades que pueden asociarse a esta condición y entre las que se encuentran la hipertensión arterial, la diabetes, el síndrome metabólico y las enfermedades cardiovasculares que otorgan a los pacientes un índice del 4% de probabilidades de padecer un infarto agudo de miocardio. A su vez, existen en estas personas compromisos articulares, alteraciones en el colesterol, triglicéridos, alcoholismo, tabaquismo, obesidad, enfermedad inflamatoria intestinal, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), depresión, trastornos psicoemocionales, hipotiroidismo y trastornos oculares”, indicó la Dra. Rafti.

De acuerdo a lo manifestado por la experta, “hoy se sabe que el médico dermatólogo especialista en psoriasis debe ser el médico de cabecera, que se dedique a vincular las enfermedades que pueden asociarse en el paciente y que son llamadas comorbilidades. Entre ellas, cabe mencionar la artritis psoriásica, la principal comorbilidad inmunológica de la psoriasis”.

Es justamente esta característica sistémica la que hace que la detección y el tratamiento se den en forma precoz, algo que a su vez tendrá repercusión en el pronóstico de la enfermedad y en la calidad de vida de los pacientes. A su vez, el médico dermatólogo deberá tener el acompañamiento de un equipo multidisciplinario conformado por médicos clínicos, psicólogos, psiquiatras y reumatólogos, entre otros, de manera tal de evitar futuras complicaciones de la afección.

“Es importantísimo realizar una consulta con un médico dermatólogo especialista en Psoriasis y dar a conocer los antecedentes familiares que acompañan al paciente. También es fundamental evitar el traumatismo físico, es decir, lastimar las lesiones, frotar las escamas, las quemaduras solares y la utilización de agentes químicos o físicos irritantes. Por otra parte, quienes padecen esta enfermedad deben evitar el consumo de medicamentos contraindicados a la psoriasis, el consumo de alcohol, tabaco y el sobrepeso”, advierte la Dra. Rafti.

Tratamiento

El objetivo actual del tratamiento, explicó la Dra. Rafti, es inducir una remisión prolongada, mejorando la calidad de vida del paciente. “No sólo nos ocupamos de la piel, que es lo visible, sino del tratamiento de las comorbilidades que la puedan estar acompañando. Para esto, se debe elegir el medicamento con el mayor perfil de seguridad y eficacia, según el tipo de psoriasis, grado de severidad y la existencia o no de artritis, contemplando de manera individual a cada paciente. A su vez se debe tener en cuenta la accesibilidad al tratamiento y la adherencia del paciente al mismo”, sostuvo.

En esta línea, la experta indicó que la terapia puede ser local o general convencional o con agentes biológicos. “Dependiendo de cada paciente, su evaluación y evolución, el tratamiento puede ser tanto monoterapia, combinaciones o rotación de tratamientos. A su vez, pueden ser intermitentes en remisiones o terapias prolongadas”.

Dentro de este grupo de medicamentos denominados ‘agentes biológicos’ se encuentran los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF, por sus siglas en inglés) que apuntan específicamente a moléculas involucradas en el proceso de inflamación, propio de enfermedades autoinmunes como la psoriasis y la artritis psoriásica. Estos biológicos están indicados para el tratamiento de pacientes con psoriasis en placa de moderada a severa que no respondieron o que son intolerantes a otras terapias sistémicas, incluyendo metotrexato o fototerapia.

Recientemente, durante la celebración de la 67º Asamblea Mundial de la Salud, se reconoció a la psoriasis como una enfermedad crónica, no trasmisible, incapacitante, con discriminación social y laboral. A su vez, se hizo hincapié en el hecho de que muchas personas en el mundo sufren innecesariamente de esta enfermedad debido al diagnostico incorrecto o tardío, a los tratamientos inadecuados y a la falta de acceso a la atención sanitaria. De acuerdo a una encuesta realizada por la National Psoriasis Foundation de los EE.UU., el 39% de las personas que sufren psoriasis moderada o severa no recibe tratamiento alguno, mientras que 57% del total de pacientes con psoriasis no se trata según las guías terapéuticas.

“Es importante concientizar a las autoridades sanitarias a comprometerse por el acceso al tratamiento, educación y prevención de la enfermedad. El 26 de mayo de 2014, en Estocolmo, fue un día histórico para el paciente con Psoriasis ya que fueron escuchadas las voces de 125 millones de personas que en el mundo conviven con esta enfermedad”, concluyó la Dra. Rafti.

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