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jueves, noviembre 28, 2024

Autoexamen mamario: El primer paso para salvar vidas

El control periódico es esencial para detectar a tiempo cualquier anomalía. ¿Ya sabes cómo autoexaminar tus mamas? Recomendaciones para hacerlo de forma sencilla y en minutos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama es el tipo de cáncer más mortífero entre las mujeres de 20 a 59 años de todo el mundo, y las proyecciones indican que el número de diagnósticos aumentará en las Américas un 46% en el año 2030. Estar informadas sobre la enfermedad, aprender a conocerse y estar atentas a las señales de alerta son los pasos más importantes para luchar contra esta enfermedad.

El cáncer surge cuando las células del cuerpo se alteran y se reproducen de forma anormal y sin control. En el caso del cáncer de mama, estas células se multiplican dentro de los senos y forman pequeñas protuberancias. Como otros tipos de tumores malignos, el cáncer de mama es una enfermedad que no puede ser adjudicada a una única causa en particular, sin embargo, se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de padecerlo.

Dentro de los factores que aumentan la posibilidad de enfermar se encuentran: ser mujer, tener más de 50 años, tener antecedentes personales o familiares de cáncer de mama o de enfermedad benigna de mama, haber recibido radioterapia dirigida a la mama o el pecho, haber recibido o estar recibiendo tratamiento con hormonas combinadas como estrógeno y progesterona, haber tenido la primera menstruación antes de los 12 años o la menopausia a edad tardía (después de los 55 años), no haber tenido hijos o haber tenido el primer parto después de los 30 años, padecer de sobrepeso u obesidad, ser sedentaria, ser fumadora y consumir alcohol en exceso.

La prevención es la herramienta fundamental en la lucha contra el cáncer de mama y consiste en medidas tendientes a reducir el número de casos nuevos de la enfermedad o de morir por esta causa. La detección temprana es una forma de prevención esencial, ya que los tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación, reduciendo el número de muertes.
Se deben incluir controles ginecológicos y exámenes como mamografías y ecografías mamarias. Estos estudios no invasivos abarcan la exploración de las mamas y los ganglios que se encuentran en la axila, debajo y sobre la clavícula y en el cuello. La mamografía permite detectar el tumor cuando todavía es pequeño y no palpable. Existen también otros métodos diagnósticos por imágenes, como la ecografía y la resonancia magnética. El médico indicará cual/es y con qué frecuencia deben realizarse de acuerdo con las características individuales de cada paciente.

Señales de alerta
– Dolor en un seno (fuera del período menstrual)
– Los pezones segregan líquido sanguinolento.
– Engrosamiento en la mama, cerca de ella o debajo del brazo.
– Cambio en el tamaño o la forma de la mama.
– Piel escamada, roja o hinchada en la mama, el pezón o la aréola.
– Pezón que se vuelve hacia adentro de la mama.
– Huecos en la mama parecidos a la piel de la naranja.

¿Cómo hacerse un autoexamen?
Es necesario que cada mujer aprenda a autoexaminarse y lo realice de forma rutinaria, por lo menos una vez al mes. Es recomendable realizarlo una o dos semanas después del período menstrual para evitar que los senos estén hinchados.

En los últimos tiempos las investigaciones y avances médicos han permitido encontrar formas de tratar exitosamente el cáncer de mama y de controlar su crecimiento, pero el primer paso para salvar vidas es la detección temprana ¿vos ya sabes cómo autoexaminar tus mamas?

Existen tres posiciones básicas para realizar un examen completo de los senos:

Acostada:
Recostarse con una almohada o una toalla doblada bajo el hombro derecho.
Doblar el brazo derecho y colócalo bajo la cabeza.
Con la mano izquierda, palpar el seno derecho, utilizando las yemas de tres dedos (el índice, medio y anular) para detectar abultamientos o masas.
Ir cambiando los dedos de lugar de arriba hacia abajo.
Presionar cada área del seno haciendo pequeños movimientos circulares y ejerciendo tres tipos de presión: la más ligera y suave para analizar el tejido más cerca de la piel. Una presión mediana, servirá para revisar la parte intermedia del tejido. La más intensa llegará hasta el nivel más profundo y más cercano a las costillas.
Comprimir suavemente el pezón y observar si hay secreción.
Repetir el proceso en el lado izquierdo.

De pie ante un espejo:
Esta parte del examen permitirá detectar cambios en la apariencia de los senos y los pezones. Colocarse ante un espejo con los brazos relajados a los costados del cuerpo. Procurando que el lugar esté bien iluminado, observar detenidamente los senos. Mirar los senos desde distintos ángulos y posiciones de los brazos. Cuando el examen se realiza con frecuencia, es cuando más se notan las posibles diferencias: cambios en el color de la piel o del pezón, o si surge alguna protuberancia.

De pie con el brazo levantado hacia el costado:
Esta posición permite revisar el área de la axila.
Levantar un brazo a la altura del hombro.
Con la mano opuesta, examinar la axila.
Repetir del lado opuesto.

El cáncer de mama es el cáncer más común y la causa de muerte más frecuente en las mujeres, todos los años, más de 1 millón de mujeres en todo el mundo recibe el diagnóstico de cáncer de mama por primera vez. Cuando se detecta en etapa temprana, las probabilidades de sobrevida aumentan considerablemente, por eso es vital realizar los controles periódicos, los chequeos anuales y visitar al médico ante el primer signo de alarma. La prevención del cáncer de mama requiere de un trabajo conjunto entre los pacientes y el sistema de salud, siendo la detección precoz la piedra angular para el control de la enfermedad.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”. Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Centro médico dedicado a la atención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes con enfermedades en las cuales se presentan alteraciones del sistema inmunológico.

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