Por Héctor José Iaconis
La imagen que hoy presentamos es la copia facsimilar de un singular documento histórico. En efecto, se trata de una de las boletas o cupón de una rifa que circuló en 9 de Julio en 1909.
El premio de la misma, tal como puede apreciarse, era un piano. La particularidad de este documento, que le confiere mayor singularizar aún, es que se trata de la boleta ganadora, aquella que coincidió con el primer resultado de la Lotería Nacional correspondiente al sorteo del 30 de junio de aquel año. Así lo acredita el texto manuscrito que se reproduce al reverso, donde se manda hacer entrega del premio a su beneficiario.
Ahora bien, pondremos atención en algunas referencias y “perlitas” que nos ofrece esta fuente:
1) Es probable que, si bien esta rifa circuló en 9 de Julio y aquí se obtuvo el premio, la misma haya sido organizada fuera de la comunidad. Esta conjetura se desprende de la nota manuscrita con la cual fue endosado el boleto.
2) En el margen izquierdo de aprecia el sello de caucho, en tinta azul, de la Intendencia Municipal de 9 de Julio, requisito ineludible para que la rifa pueda circular en el pueblo. Hoy, este sello ha sido reemplazado por el timbre o marca con las iniciales “IM” con que son perforadas las rifas y cuya matriz fue diseñada hace más de cinco décadas por el recordado matricero Manuel Rodríguez (entonces, don Manuel había realizado dos dispositivos timbradores).
3) La boleta reza que el premio consiste en un piano de estudio marca “Amédée Chibout y Cía.”. En realidad se trata de una imposición, pues el sello era “Amédée Thibout & Cie”, un fabricante de pianos francés, con prestigio en las postrimerías del siglo XX. El error se debió a una lectura errónea de la inicial tipográfica de la marca estampada en el cilindro (tapa que cubre las teclas). Los interesados en ampliar la información acerca de este fabricante, pueden hacerlo consultando un obra de autoridad: Martha Novak Clinkscale, Makers of the piano. vol. 2 (1820-1860), New York, Oxford University Press, 1999, pág. 375.
Ciertamente, las fuentes históricas, puede ser variadas. Un pequeño papel puede invitarnos a formularnos interrogantes y posibles hipótesis, algunos quizá de difícil comprobación. Desde luego, ante esta fuente histórica, encontrará el lector otras preguntas y, quizá, alguna “perlita” inadvertida.
Nada sabemos de la suerte que corrió el piano que fue adjudicado en esta rifa y si su legítimo poseedor hizo uso efectivo del mismo o lo vendió ni bien pudo. Sin dudas, esas respuestas se pierden en la espesa niebla del pasado que no nos es dado explorar.
