Por Héctor José Iaconis
La celebración del Centenario de la Revolución de Mayo (también llamado, “Centenario Argentino”), en 1910, constituyó un acontecimiento apoteótico para la República Argentina. Desde luego, existe una abundante bibliografía que trata sobre esta fastuosa conmemoración que cobró magnitud internacional y fue ampliamente abordada por la prensa extrajera.
Una Argentina madura reflexionaba sobre la historia de un siglo y se aprestaba, de manera mayoritariamente optimista, a trazar su futuro. Prácticamente se había extinguido la primera generación de los hijos de la Patria, aquellos que habían nacido después de la Revolución y, para el año del Centenario, las nuevas generaciones reinantes integraban un país cosmopolita que, no sin boato, se abría al mundo para mostrarse con todas sus potencialidades.
En la comunidad de 9 de Julio, el 25 de mayo de 1910, se vivió con arrebato festivo. Las autoridades municipales, encabezadas por el intendente Nicolás H. Robbio, fueron las encargadas de dar forma al programa de actos oficiales. Las instituciones sociales no dudaron en prestar su adhesión con la organización de bailes y fiestas.
La Plaza “General Belgrano” se convirtió en el espacio predilecto para concentrar algunos de los eventos populares: el oficio del Te-Deum y el acto central, la realización de una función de teatro al aire libre y la inauguración de la iluminación “a giorno”, entre otros. Otras actividades se llevaron a cabo en el Hospital de los Pobres (hoy, Hospital Zonal de Agudos “Julio de Vedia”), donde fue colocaba la piedra fundamental de un pabellón para niños y un quirófano.
En la esquina de las actuales avenidas San Martín y 25 de Mayo fue descubierta una placa que aún se conserva. De hecho, es en su tipo la más antiguas de las preservadas en los edificios ubicados en torno a la Plaza. Con esa placa, casi olvidada –estuvo por años oculta debajo de una marquesina- y para nada propensa a ser contemplada -dada la altura en que se encuentra-, se le imponía el nombre de “Primer Centenario” o «Primer Centenario Argentino» a la entonces Boulevard “Buenos Aires” (hoy avenida San Martín).
EL REGISTRO FOTOGRAFICO DE ADOBATO
El fotógrafo Rafael Adobato, acerca de quién nos hemos ocupado en diferentes notas publicadas en esta página, fue el encargado de tomar los registros fotográficos que, once décadas más tarde, podemos seguir apreciando. Con su cámara capturò aquellos acontecimientos y, en su condición de corresponsal de las revistas “Caras y Caretas” y “P.B.T.”, envió copias de las fotografías para ser insertadas en esas publicaciones.
De este modo, quizá sin meditarlo, puso en salvaguarda para las generaciones futuras esas imágenes.
“PBT”, era un semanario ilustrado de formato pequeño que había fundado pocos años atrás el editor español Eustaquio Pellicer y, a la sazón, dirigía el ilustrador Eduardo A. Holmberg. Para 1910, la revista tenía un buen ganado prestigio y una tirada que le permitía su circulación en 9 de Julio. En su edición del 8 de junio de 1910, que fue un número extraordinario, fueron publicadas nueve fotografías, algunas de las cuales ilustran esta nota.
Lejos de exponer una crónica de las jornadas festivas, los editores prefirieron publicar las imágenes con apenas algunos escuetos epígrafes.
110 años después, los nuevejulienses nos disponemos, como entonces, a conmemorar la Revolución de Mayo. Las circunstancias del momento actual nos impedirán celebrarlo como tradicionalmente se acostumbra. No obstante, es de desear que nos sea dado a cada argentino de hoy, así como lo fue en los hombres y mujeres del Centenario, ese supremo y profundo ardor patrio que nos impulsa a evocar con gratitud a quienes gestaron la Patria.