El nuevejuliense Gabriel Gobelli, residente en la ciudad de Buenos Aires desde hace varias décadas, acaba de escribir un libro titulado «La ruta del afecto». Este arquitecto de profesión y además con inquietudes volcadas a las artes plásticas y a las letras, realizó la autobiografía novelada.
El 15 diciembre de 1978, en un accidente Ruta 5 en el kilómetro 237 estuvieron involucrados un ómnibus de la empresa Chevallier y un camión. Perdieron la vida 13 personas, entre ellas la madre y el hermano de Gabriel Gobelli.
Gabriel Gobelli nació el 22 de marzo de 1963. Es hijo de Haydée Barros (fallecida) y Raúl Gobelli. Tenía como hermano a José María (fallecido). En el libro queda reflejada con una memoria «fotográfica» aquellos años con recuerdos imborrables de la niñez, de 9 de Julio en la década de 1970.
Gobelli en «La ruta del afecto» hace distintos recorridos, no sólo de su familia, el Barrio, Ciudad (la panadería, el club) sino de Buenos Aires y de Europa en cada una de las etapas. Si bien se trata de una autobiografía novelada, queda bien marcada la señal de la esperanza que surgió después de mucho tiempo de dolor. El autor no sólo logra conmover, aún sin proponérselo, sino también deja un claro mensaje en su experiencia de vida.
Sin dudas que es un libro que vale la pena leer y compartir, con un relato atrapante y para los nuevejulienses tiene un momento especial.
Gabriel Gobelli es Arquitecto UBA recibido en 1988. Es titular de un estudio de arquitectura, GOS Arquitectos, junto a dos socias; Viviana Ortiz y Silvina Stoessel. Se dedican a la actividad privada, focalizados en la arquitectura bancaria y de oficinas corporativas. En una entrevista con «EL 9 DE JULIO» Gobelli abordó diferentes aspectos.
– En 2007 se produce el inicio en artes plásticas. ¿A qué se debió?
– Creo que, al igual que lo que pasó con la escritura más adelante, la necesidad de contar. Tuve la suerte de encontrarme en el camino con Cora Mayer, mi profe del taller, con la que empecé a ´zamarrear´ algunas estructuras. Recuerdo que una tarde le llevé dos trabajos que pinté sobre el accidente, que había sufrido mi familia, y se los mostré solo a ella. Después los volví a guardar por mucho tiempo. Cora tiene mucho que ver en este camino. Una persona talentosa, sensible y necesaria.
-¿Qué tipos de trabajos realizaste?
– Muestras en 9 de Julio y Buenos Aires en CABA. Al inicio comencé una búsqueda donde comenzaron a aparecer trabajos con un alto componente de material interno. Personajes, familia, retratos de la realidad. Más adelante comenzaron algunas series sobre algunos temas como por ejemplo el reflejo de mi pasión por las ciudades, Nueva York fue un caso.
Más acá, muchas figuras casi siempre con un aura solitaria. No suelo quedarme mucho en la temática. Veo algo que me interese y salto a otra cosa. Las muestras en 9 de Julio estuvieron distanciadas por 8 años. La primera con mucho de lo personal, la segunda ya con una producción más distante por poner una palabra.
– ¿Cuál fue la motivación para escribir un libro?
– En realidad la aparición de la idea de una novela surgió mucho después que yo comenzara a escribir algunos textos aislados a manera de diario. Comencé a hacerlo por la sugerencia de un amigo que me dijo que me podría servir cuando una tarde tomamos un café y yo estaba atravesando un tiempo un poco tormentoso. Más adelante apareció una estructura posible de la sumatoria de estas partes y finalmente la aparición de la novela como tal. Pero para resumir diría que esta novela estaba en el tanque de la lapicera desde hace muchos años. No podría empezar a escribir nada en ese momento.
– ¿Antes de escribirlo fue necesario planificarlo en cada parte o no fue necesario porque cada etapa estaba bien marcada?
Creo que esta pregunta podría estar respondida en la anterior
– Aquellos recuerdos imborrables de la niñez, de 9 de Julio en la década del 70′ permanecieron intactos: la casa, el barrio, la panadería, el club…
– Diría que afloraron con una fuerza incontrolable cuando permití que lo hicieran. Estuvieron guardados durante mucho tiempo. Pero cuando los empecé a contactar aparecieron con extrema claridad.
– ¿Si bien trata del accidente, la idea fue desarrollar el trayecto de los 40 años?
– Claramente. La novela pivotea sobre ese hecho porque en la vida mía y en la del personaje es constitutivo pero de ninguna manera es una novela del accidente. Diría que recorre el trayecto de los 57 años que son los que tengo en este momento.
– Sin dudas que abordar el accidente en el libro no fue una tarea sencilla, ¿cómo es posible transformar la tragedia en esperanza?
– Creo que es una historia contada luego de todo el proceso que llevó poder hacerlo. Si la novela transmite la idea de que el dolor puede transformarse y servir como combustible para ir adelante tiene parte de su tarea cumplida. Pero en este punto quiero hacer una aclaración. Nadie es mejor persona o más valiosa por haber sufrido más o menos. A todas las personas nos pasan cosas y a veces hay quienes sufren mucho sin haber pasado por pérdidas físicas importantes.
– Más allá de contar esas historias muy interesantes, ¿uno de los objetivo fue destacar la importancia de la fortaleza de los vínculos?
– Los vínculos son importantes para todo el mundo y en mi caso particular los he ido construyendo con mucha cautela. Muchas veces esa cautela ha sido limitante para poder transitarlos con mayor plenitud. He trabajado mucho para poder dejar algunas mochilas, las he alivianado bastante pero con la carga que queda, como se dice comunmente, se hace lo que se puede.
– ¿Qué es para vos vivir en Buenos Aires? y ¿de qué manera te permitió seguir conectado a 9 de Julio?
– Vivir en Buenos Aires es sentirme en mi casa. Vivo acá desde febrero de 1981 cuando vine a estudiar arquitectura. En rigor siempre tuve un pie en cada extremo de la ruta. Mi mamá era de acá y muy apegada a su familia con lo cual los viajes que hacíamos desde 9 de Julio a Buenos Aires durante toda mi infancia no se espaciaban por más de 20 días. Durante las vacaciones de verano e invierno, pasábamos mucho tiempo con mi hermano en casa de mis abuelos.
– ¿En qué contribuyó el viaje por Europa?. Además de descubrir lo nuevo, ¿permitió redescubrir lo vivido?
– El viaje que hicimos con Silvina, mi esposa, el año pasado a Europa se metió dentro de la novela en el sentido literal de la palabra. Me parece interesante la pregunta pero la respuesta más adecuada la tendrá o la intentará tener cada lector.
COMO CONSEGUIR EL LIBRO
Quienes se encuentren interesados en adquirir el libro que se pueden comunicar con Gabriel Gobelli vía mensaje o llamado al 011 5880 8895 o me envíe un correo a [email protected]
También lo puede encontrar en Facebook como Gabriel Gobelli o en instagram como @larutadelafecto