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Nueve de Julio
jueves, diciembre 26, 2024

Departamento Médico CEF N° 101

En este período de inicio de actividades en modalidad no presencial de nuestra institución, como médico de la misma quisiera llegar a cada uno de ustedes para transmitir un mensaje sumamente importante en esta etapa, y es la gran necesidad de poder realizar actividades físicas que favorezcan a nuestra salud tanto física como mental.
Se entiende por actividad física a todos los movimientos naturales y/o planificados que realiza el ser humano obteniendo como resultado un desgaste de energía, con fines profilácticos, estéticos o rehabilitadores. La actividad física es todo tipo de movimiento corporal que realiza el ser humano durante un determinado periodo de tiempo, ya sea en su trabajo o actividad laboral o en sus momentos de ocio. El realizar o conseguir una actividad física diaria es beneficioso para la salud, de tal manera que las mejores actividades físicas son las actividades cotidianas de la vida diaria; como caminar, andar en bicicleta, subir escaleras, hacer las labores del hogar, hacer las compras, siempre que éstas se realicen con frecuencia. Pero lo más recomendable es practicar un ejercicio físico programado y de intensidad moderada.
Cabe destacar, que la actividad física contribuye a la prevención y manejo de una serie de enfermedades, entre las que se destacan las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo II (DM II) o diabetes del adulto, obesidad, hipertensión arterial (HTA) y depresión, entre otras. El efecto de la actividad física y la dieta en la disminución de la obesidad es concluyente, así como su asociación con mortalidad. Además, se ha demostrado que el riesgo de muerte cardiovascular es menor en adultos obesos activos que en más delgados y sedentarios; también es menor en hipertensos activos que en hipertensos sedentarios y del mismo modo en diabéticos activos que en no diabéticos sedentarios. Al mismo tiempo, se ha observado que en adultos mayores la actividad física contribuye a prevenir riesgo de caídas, fracturas y pérdida ósea, mediante el fortalecimiento de los huesos y músculos y la mejoría de la agilidad y flexibilidad; también mejora el bienestar psicológico y permite conservar las habilidades para una vida independiente y autónoma.
El ejercicio físico mejora el rendimiento cardiovascular debido a cambios hemodinámicos, hormonales, metabólicos, neurológicos y de la función respiratoria. Interviene en la modificación de factores de riesgo cardiovasculares, como bien he mencionado anteriormente, y en consecuencia desempeña un papel relevante en la prevención primaria y secundaria de la cardiopatía isquémica. Los programas de ejercicios supervisados se recomiendan ya desde la infancia con el objetivo de estimular el hábito hacia el deporte, una de las medidas más adecuadas para ocupar el tiempo de ocio y mejorar el estado de salud.
Les propongo entonces, acompañarlos, junto a los profes del CEF a llevar adelante las distintas propuestas que por ahora serán virtuales y en no demasiado tiempo podamos volver a reencontrarnos en las diferentes disciplinas.
DRA. PAOLTRONI ANA LIA
MAESTRO TECNICO MEDICO
CEF N° 101

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