Por Héctor José Iaconis.
Quienes vivimos en 9 de Julio, desde nuestra más tierna infancia, los que ya peinamos una o muchas canas, conservamos los más preciados recuerdos del Bazar “El Siglo” y de su personal, mujeres y hombres de una gentileza y cortesía admirables. Aquel era el último baluarte de los gloriosos e históricos bazares de la ciudad que, en los años 90’, junto con el también recordado “Aconcagua”, se resistían a caer, víctimas de la implacable modernidad.
DE “CIGARRERIA ARGENTINA” A “EL SIGLO”
En las postrimerías del siglo XIX, funcionaba en Chivilcoy la “Cigarrería Argentina”, propiedad de Eliseo Varias que, además, contaba con un anexo de librería. Esta con el tiempo, incorporaría las secciones de bazar e imprenta, convirtiéndose en una de las más prestigiosas en la zona.
Con el objeto de expandir su negocio, Varias, resolvió abrir una sucursal en 9 de Julio y poner al frente de la misma a uno de sus más antiguos empleados, José Creixell.
Así, el 1° de noviembre de 1901, abrió sus puertas la “Cigarrería Argentina”, en el legendario solar de la avenida Montevideo (hoy Bartolomé Mitre) entre Libertad y Córdoba (hoy Nicolás L. Robbio). La denominación de Bazar y Cigarrería “El Siglo” le fue dado, por disposición de la casa central de Chivilcoy, en 1907.
Para los nuevejulienses de aquella época era indistinto decir “Cigarrería Argentina” o “Casa Varias”. Incluso, una vez adoptado el nombre de “El Siglo” continuó por varios años siendo llamado, por los vecinos mayores, con las antiguas denominaciones.
Hacia 1909 se constituyó la sociedad comercial “José Creixell y Cía”, conformada por este junto a Eliseo Varias quien, dos años más tarde, dejó la propiedad del Bazar “El Siglo” definitivamente en manos de su apreciado empleado.
El nuevo propietario, en esos años, vivía en los altos del edificio del bazar, junto a su esposa Buenaventura Subirana de Creixell y su hija Marina (nacida en 9 de Julio).
Tal como lo recuerda José Gaig, quien ingresó como empleado de “El Siglo”, el 23 de octubre de 1914, “el impulso que le dio el señor Creixell a la casa fue enorme, sin descuidar los ramos básicos de cigarrería y librería, que le daban vida, agregó entre otros el de bazar, sin sospechar, quizá, en la gran preponderancia que adquiriría este rubro con el correr de los años”.
El edificio donde funcionaba “El Siglo” fue adquirido por Creixell en 1915. De esta manera, inmediatamente, se abocó a dotarlo de escaparates más adecuados y a efectuarle algunas refacciones pertinentes.
LA INCORPORACION DE JOSE GAIG A LA FIRMA
El nombre de José Gaig se encuentra ligado a la historia del Bazar “El Siglo”, como así también a la de la ciudad de 9 de Julio. Su rica biografía muestra a un hombre de acción, preocupado por su comunidad, fundador de instituciones y colaborador de todas las obras y emprendimientos que redundaban en beneficio de sus compueblanos.
En 1920, Gaig, ingresó como socio a la firma, junto con Creixell quien, por esos días, proyectaba realizar un prolongado viaje a España. No era la primera vez que el propietario lo habilitaba, un año después de ingresar a la casa ya lo había distinguido con una prueba de confianza semejante.
“En los primeros días –recuerda en sus ricas memorias- de enero de 1915 me llamó al escritorio y me dio la liquidación. El balance se había cerrado el día dos como se acostumbraba. Me había asignado 120 pesos mensuales y me dijo que en lo sucesivo ganaría el mismo sueldo más una habilitación del cinco por ciento de las utilidades. Luego, esta habilitación fue aumentando todos los años al ocho, quince, veinte y siete”.
En realidad, José Creixell no volverá a hacerse cargo de la empresa. En rigor, si bien retornó al país, varias razones lo llevaron a establecerse definitivamente en Europa, vendiendo su capital accionario a Ubaldo Ferrere.
Ferrere, quien con los años sería conocido también en la comunidad por su pasión por el automovilismo, contaba con experiencia en el comercio. Había trabajado en la casa «LLorente Hermanos y Cía.» y, en 1922, se había establecido con un almacén de ramos generales en Fauzón, en sociedad con José Galdós.
Así quedó constituida, en 1925, la firma “Gaig y Ferrere” que, por espacio de veinticuatro años, se mantuvo vigente, incorporando paulatinamente a nuevos socios.
GRANDES TRANSFORMACIONES
Para 1938, el Bazar “El Siglo”, se encontraba conformado por las siguientes secciones: librería, bazar, cigarregía, música, óptica, juguetería y fotografías, entre otras. Asimismo, contaba con la representación de las máquinas de escribir “Smith Silenciosa” y “Corona” y una agencia de revistas.
En esos años finales de la década de 1930, tras haber adquirido el edificio a la familia Creixell, la firma “Gaig y Ferrere” hizo modificar notablemente la fachada del local, construyendo las grandes vidrieras, adquiriendo las características que tuvo por años.
A la sazón, conformaban el plantel, Luis Grondona (encargado); Gabriel Castro, Eduardo Speroni, Diógenes Gaig, Pascual Caligiuri, Luis Guidoli, Antonio García, Ricardo Uzum y Luis Gubinelli (en las diversas secciones); Rodolfo Fumagalli (administración); Gerardo Castro, Rafael Marena y Marcos Erice, de la sección de reparto y Delfina Arenas (cajera).
Tanto para José Gaig como para Ubaldo Ferrere, el recurso humano con que contaban era su principal capital. Así lo entendieron en varias circunstancias en que debieron afrontar los cimbronazos financieros de la inestable economía nacional y, desde luego, cuando no dudaron en incorporar a la sociedad a aquellos empleados que, desde hacía muchos años, trabajaban allí: Luis Grondona (incorporado a la firma en 1940) y Rodolfo Fumagalli, Pascual Caligiuri y Diógenes Gaig (incorporados en 1945).
En una entrevista periodística brindada a “El Gráfico”, en 1938, José Gaig refería que el personal estaba “identificado con nosotros en diaria labor”.
“El éxito –añadía- de nuestro desenvolvimiento comercial, lo reconocemos y nos place, como un acto de estricta justicia, hacerlo público, se lo debemos en gran parte a nuestros empleados”.
AÑOS POSTERIORES
Si bien esta semblanza solamente prende abordar la génesis del Bazar “El Siglo”, pues no es pretensión analizar los años posteriores, como tampoco las razones que precipitaron su desaparición, resulta propicio recordar la conformación del personal a lo largo de los años. Sus nombres trazan también una página rica en la historia de esta casa comercial.
En 1961, cuando “El Siglo” alcanzaba su 60° aniversario, la firma estaba compuesta por Pascual Caligiuri, Luis Grondona, José Gaig, Rodolfo R. Fumagalli y Diógenes J. Gaig. El personal lo integraban Héctor A. Torres, Raquel E. Raimondi, Ethel L. Lanfranchi, Dora Plot de Robledo, Elba I. Fredes, Ana M. Marino de de la Rosa, Antonio R. García, Antonio V. Marrafino, Héctor O. Martínez, José E. de Paz, Juan Fileccia, Pablo R. Lombardo, Pablo Addamo y Domingo Spina.
En noviembre de 1976, cuando arribaba a su 75° aniversario, acompañaban a Diógenes J. Gaig, Luis Grondona, Pascual Caligiuri, Antonio R. García y Héctor A. Torres, empleados de muchos años, entre quienes se encontraban Mercedes Fernández de Sánchez, Ethel L. Lanfranchi, Oscar A. Frontini, Liliana E. Puntieri, Hugo R. Vanni, Esvilda G. Plot, José E. De Paz, Elsa A. Braggio, Pablo Addamo, Mirta Porthé de Lambertucci y Juan C. Lambertucci.
Si bien los años transcurrieron inexorablemente y muchas costumbres y modalidades fueron modificándose acordes a los vertiginosos decenios posteriores, hubo una característica que distinguió al Bazar “El Siglo”: la calidad singularísima de la atención al público y la fraternidad que, se notaba, existía entre los empleados y, al mismo tiempo, entre aquellos y sus directivos.
FUENTES
– “37 años de existencia tiene el Bazar y Librería ‘El Siglo’. Interview a los señores Gaig y Ferrere”, en Periódico “El Gráfico”, 1938.
– Discurso de José Gaig pronunciado en el salón del “Plaza Hotel”, el 7 de noviembre de 1961. Original mecanógrafo.
– José Gaig, Cincuenta y ocho años en la vida de un inmigrante y sus bodas de oro en el Bazar “El Siglo”. 1964. Memorias. Original mecanógrafo inédito. Gentileza de Guadalupe Gaig.
– Retratos fotográficos grupales vinculados con el Bazar “El Siglo”. Gentilmente facilitados por Hugo Addamo.