Para tener éxito en un litigio laboral, lo primero que un trabajador necesita probar es la existencia de la relación laboral. Esto es: que haya un empleador y un empleado; cada quien con sus derechos y obligaciones. La biblioteca lo señala hasta la saturación y es lo que pudo demostrar en primera instancia el actor Humberto Tortonese en su demanda a Radiodifusora Buenos Aires SA.
La empresa demandada recurrió la sentencia y en junio de 2020 una cámara porteña dictaminó lo contrario: Tortonese acostumbraba emitir facturas como autónomo a la demandada tanto como a terceros y tampoco tenía exclusividad con ella. Estableció además que el humorista jamás había gozado de vacaciones o licencias pagas, que su labor no estaba sujeta a dirección ni fiscalización y que con su trabajo no intervenía en el sistema general de bienes y servicios de la empresa. Todas conductas de quien no suele considerarse ligado a relación laboral.
La cámara invocó entonces un principio de buena fe: lo que todo ser social razonable realiza, es lo jurídicamente exigible. Dicho de otra forma: si uno trabaja como autónomo y contratado, no puede reclamar como dependiente y subordinado. La cámara revocó la sentencia de grado, concluyendo que no existió relación de trabajo entre las partes.