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lunes, noviembre 25, 2024

Recomiendan estar atentos a la ingesta de líquidos de los adultos mayores los días de altas temperaturas

Además se sugiere incluir en la dieta diaria frutas y verduras, dado que estos alimentos son un buen complemento del agua, a la hora de aportar más líquidos al organismo.

El funcionamiento de los mecanismos fisiológicos en los adultos mayores suelen verse alterados por el paso del tiempo, aunque existen otras circunstancias que pueden incidir en el agravamiento de esas variaciones orgánicas. Por caso, son muchos los abuelos que paulatinamente experimentan una pérdida de la sensación de sed, lo que en días de altas temperaturas, favorece un rápido proceso de deshidratación que puede poner en riesgo sus vidas.

Por eso, el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, además de solicitar que las personas ingieran líquidos a lo largo del día aunque no tengan sensación de sed, sugiere incorporar a la dieta de los más grandes verduras, frutas de estación, gelatinas, helados, jugos naturales e infusiones frías para garantizan al organismo los aportes de líquidos y nutrientes necesarios que suelen ser insuficientes en condiciones de altas temperaturas por la falta de ser que experimenta este grupo etario.

«En los adultos mayores suele manifestarse, en los días de calor intenso, una deficiencia en ciertos dispositivos funcionales que hace que no ingieran la suficiente cantidad de líquido y se descompensen con compromiso severo para su salud», explicó la Dra. Marina Kosacoff, subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos de la cartera sanitaria nacional.

La funcionaria añadió que «es muy importante reforzar la ingesta de líquidos en los adultos mayores y complementariamente, incrementar el consumo de frutas y verduras frescas como sandías, melones, peras, duraznos, ciruelas y cítricos, y verduras de hojas verdes como lechugas, acelga y espinaca que son alimentos apropiados para incorporar en forma efectiva nutrientes, agua y vitaminas, muy recomendados en los días de calor».

Con la edad, la capacidad del organismo de mantener la autorregulación hídrica disminuye de forma significativa. Esta deficiencia está asociada a distintos factores como el deterioro del mecanismo de la sed; la disminución total del agua del organismo, debido a la disminución de la masa muscular; las enfermedades crónicas y algunas modificaciones en el metabolismo del agua –como la disminución de la capacidad renal–, que predisponen a que eso sea así.

Se debe tener en cuenta que un balance adecuado entre la ingesta y la pérdida de líquidos es fundamental para que el contenido de agua de los tejidos se mantenga constante y no produzca déficit de agua corporal con consecuencias, en algunos casos, graves para la salud.

El director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación, Sebastián Laspiur, recomendó a los abuelos «la ingesta de productos como gelatinas y jugos», al tiempo que sugirió a sus familiares o personas encargadas de su cuidado «que se los ofrezcan de forma frecuente, ya que el color de éstos suele ser un rasgo atractivo que predispone a las personas a consumirlos más que el agua».

Además, Laspiur reparó en la necesidad de que los cuidadores de los adultos mayores «les insistan a las personas a su cuidado con el concepto de que incorporar líquidos al organismos en sus diversas formas es tan importante como tomar los medicamentos que les recetó el médico».

Las causas de la falta de sed en los adultos mayores

A las personas mayores les es complicado llegar a ingerir la cantidad diaria recomendada de líquidos –que está en el orden de los dos litros y medio– debido a razones tales como:

– Alteraciones en el mecanismo de la sed: Las personas mayores tienen menor sensación de sed, a lo que se suma que pierden el interés por beber líquidos.

– Alteraciones del nivel cognitivo: demencias, depresión, ansiedad, etc.

– Cambios en la función renal: puede verse reducida por infección, diabetes, cálculos renales y obstrucción del tracto urinario generando la perdida de mucha agua con respecto a la cantidad de materiales de desecho que elimina por la orina, por lo que necesita ingerir más agua para excretar la misma cantidad de urea y sodio.

– Incapacidad física o psíquica que les dificulta comer y beber: parkinson, infartos, demencia, etc.

– Alteraciones gastrointestinales la mayoría de las personas mayores evitan el consumo de líquidos por miedo a la incontinencia urinaria o para eludir la necesidad de ir al baño cuando se encuentran fuera de casa.

Guía para hidratar a los abuelos

– La ingesta debe realizarse en forma gradual a lo largo de toda la jornada, pero especialmente en la mañana y la tarde, para evitar la incontinencia urinaria nocturna. Si se despiertan por la noche, especialmente en verano, deben tomar líquidos.

– Insistirles en que deben beber aun cuando no sientan sed.

– Incluir gran cantidad de frutas y verduras en la dieta diaria.

– Durante los períodos existentes entre las ingestas sólidas, tomar al menos entre 4 y 6 vasos de líquidos fraccionados, como si se tratase de un remedio recetado por el médico.

– Evaluar las medicaciones crónicas por los posibles efectos deshidratantes.

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