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Nueve de Julio
viernes, noviembre 29, 2024

Los primeros centros tradicionalistas de 9 de Julio

No puede precisarse con exactitud la época más remota en la cual pudo haberse manifestado un interés comunitario o institucional por el cultivo de la música o el arte “campero” o “criollo”. Ciertamente, a comienzos del siglo XX arribaron a 9 de Julio, en esporádicas presentaciones, algunos cultores de la música popular, folklórica. En febrero de 1906 el prestigioso payador Gabino Ezeisa , acompañado por un guitarrista, ofreció una demostración de su arte en el teatro “Rossini” (véase el periódico “El Porvenir”, año XI, nº 1.188, 9 de Julio, 25 de febrero de 1906, pág. 1).

El sábado 11 y el domingo 12 de marzo de 1911, en el bar y cinematógrafo “Americano” -propiedad de los hermanos Güida- se hubo presentado también Pedro Garay, otro mentado payador de la época. En el verano de 1902, Carlos Gardel acompañado por Martino realizó algunos números “camperos” en el café “Primer Centenario” -propiedad de Oreste Amerio-, ubicado en la Avenida Vedia y San Luis.
Años, más tarde efectuaron sus presentaciones, con números folklóricos, Santiago y Obidio Hidalgo; y más tarde el payador Higinio Cazón.
Recién en la década de 1930 puede advertirse en la comunidad un interés, casi generalizado, por revalorizar la belleza del folklore y las tradiciones gauchas. A comienzos de ese decenio se encontraba radicado en la ciudad Enrique Ghiozzi, quizá por entonces uno de los hombres más vinculados con el ambiente criollo, desde el punto de vista tradicionalista, en 9 de Julio. Ghiozzi sugirió a un conjunto de vecinos la idea de fundar una institución criolla, un centro dedicado a la revalorización de aquellos símbolos y motivos propios de nuestra tradición.
Así habría de nacer el Centro Tradicionalista “Los 25”, de cuya historia nos hemos ocupado con anterioridad en esta misma sección.

EL CENTRO TRADICIONALISTA “PAMPA Y CIELO”
Desde cerca de 1949 y hasta 1952 funcionó en la ciudad la agrupación “Pampa y Cielo”. Centro tradicionalista, conjunto de baile y música, había sido fundado por Sabino Luna, descollante zapateador, quien hacía las veces de director de baile.
Entre quienes conformaba ese centro, cuya finalidad era la de amenizar fiestas y encuentros en 9 de Julio y la zona, puede citarse Oscar Sendoya, Aníbal Villagra, Norma Edith Barba, Cayetano D’Amico, y Pocha Villagra, entre otros. El cuerpo de músicos lo componían, Martín Luna, guitarra y primera voz; Carlos y Dardo Luna, guitarra; Eleo- doro Lozzi, bandoneón.

LA ESCUELA DE ARTE FOLKLÓRICO
En 1960, la profesora Elba Tatasciore fundó la Escuela privada de Bailes Folklóricos, establecimiento que dirigió por espacio de treinta años hasta entrada la década de 1990. A lo largo de su vida educacional la escuela de la profesora Tatasciore sentó las bases de un verdadero estilo, a partir de la rica personalidad de su fundadora.
Los emprendimientos de ésta dejaron en la sociedad nuevejuliense frutos muy plausibles. Algunas de las alumnas egresadas de entre sus filas hubieron sobresalido en la danza o en la docencia.
Los completos programas de estudios no solamente estaban orientados a la “parte bailable del folklore”, sino también “a estudiar en nacimiento y destino de cada danza, su significado y distintas interpretaciones”.
Poco más de un lustro más tarde, de creada la escuela, fue incorporado a la misma el Coro de Niños “9 de Julio”, destinado a ofrecer canciones vernáculas. La dirección del mismo, en principio, estuvo a cargo de la profesora Tatasciore conjuntamente con el hermano Lorenzo Aspe, de la comunidad marianista del Colegio “San Agustín”.

EL CENTRO FOLKLÓRICO “LAS NAZARENAS”
Si bien fue el 30 de junio de 1961, cuando un grupo de vecinos, reunidos en el edificio de la antigua Escuela Nacional de Comercio, constituye una comisión provisoria, organizando el centro folklórico que más tarde adoptaría el nombre de “Las Nazarenas”, su génesis debe hallarse un poco antes.
La incorporación de la danza folklórica al programa de estudio de los establecimientos educativos, durante el gobierno del general Perón, motivó a algunas docentes para unirse a un grupo de hombres con la finalidad de familiarizarse con las danzas criollas. De ahí en más, surgió un centro tradicionalista, al que denominaron “Cla Lauquen” y cuyas reuniones solían realizarse en la esquina de Libertad y Primer Centenario (hoy Avenida San Martín).
Si bien “Cla Lauquen” se extinguió poco más tarde, hubo quienes desearon proseguir la obra iniciada allí, y sostuvieron la formación del Centro Folklórico que, al principio, tomó la denominación de “9 de Julio”; y cuyo eje debía ser el fomento del “sentimiento de nacionalidad y respeto a la patria, a sus símbolos y héroes”, para lograr “través de diversas actividades […] propender al desarrollo de la sociabilidad y de la cultura”.
Las clases de danza principiaron hacia agosto de 1961, dictadas por el profesor Ernesto del Cerro. Al mes siguiente, el lugar elegido en un primer momento resultó pequeño, obligando a solicitar un espacio provisorio: el hall de la Escuela nº 3.
Hacia noviembre de 1961, Luis Bombini –quien ocupaba la presidencia de modo provisorio- entregó la titularidad de la institución a Sixto Font, quien habrá de presidirla por cerca de diez años. La denominación de “Las Nazarenas” fue adoptada por aceptación general de sus miembros, a partir de una moción presentada por la docente Nélida Elescano.
En octubre de 1962, Alois A. Sáenz, a la sazón comisionado municipal de Nueve de Julio, decretó la concesión “a título precario y gratuito” del terreno ubicado en la esquina de Entre Ríos (después Arturo Frondizi) y Maestro Cavallari. Sobre esa base fue construido el rancho, hoy sede social del centro, según el diseño del ingeniero Juan Carlos Schiaffino y de la arquitecta Ana María Llorente; edificación que fue inaugurada el 19 de noviembre de 1963.
La escrituración de ese predio fue realizada a mediados de la década de 1970, después de la donación definitiva que de él realizara la Municipalidad, por ordenanza del 14 de agosto de 1974.
En 1973, en torno a las tramitaciones tendientes a la obtención de la personería jurídica, fue aprobado el estatuto del Centro Folklórico “Las Nazarenas”.

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