Por Miguel Mingote.
Se sabía a fines de los ´60 que el gobierno provincial de facto habilitaría el automovilismo deportivo solo en circuitos cerrados y permanentes. Dicha circunstancia generó en dirigentes de oenegé locales la idea de concretar uno aquí, anticipándose a otros futuros: Balcarce (1972), Río Cuarto (1994), La Plata (1996), Olavarría (1998), Junín (2011), Santa Rosa (2012).
Los precursores diseñaron en más de 100 Ha., previstas originalmente para Escuela Agrícola y de Artes y Oficios, un proyecto donde el Autódromo convive en un Complejo Polidepor- tivo, cuya maqueta se exhibió por años en la sede comunal. Prosperó la iniciativa pues el interventor distrital de facto sumó, al esfuerzo de impulsores y adherentes, determinantes fondos nacionales, provinciales y municipales, ignorando obras pendientes (agua, cloacas, desagües, viviendas…), y acompañado de abrumadores silencios.
Los visionarios sostenían que diez competencias anuales justificaría la millonaria inversión comunitaria, que multiplicaría su utilidad colectiva si se sumaba un polo industrial, de servicios, y de capacitación de pilotos.
Para analizar la responsabilidad de los intendentes en cumplir ese sueño, es justo considerar el número de eventos protagonizados en el Autódromo Municipal Ciudad de 9 de Julio por la categoría nacional de más relevancia económica, social y cultural: el turismo de carretera (TC)
A) Etapa de Desarrollo (1970/1994)
En 24 años, 11 carreras de TC promocionaron a la ciudad. El circuito fue reconocido por seguridad y diseño. Fue bajo el impacto en el comercio y en la economía municipal, que aportaba a su mantenimiento. La autoridad comunal conce- sionó el predio al “9 de Julio Automóvil Club” en 1984.
B) Etapa de Crecimiento (1995/2010)
En 15 años se concretaron 29 competencias de TC (24 entre 1995/2006 y el resto hasta 2010) porque el Intendente acordó en 1994, con el voto unánime del HCD, que la concesionaria suscriba convenio de uso con una empresa relacionada a la actividad.
Casi dos eventos anuales potenciaron al autódromo, que pasó a ser destacado en todo el país como un “clásico del TC”. Más de 700.000 aficionados revitalizaron la economía local, la de ONG vecinales, la de familias que alquilaban viviendas, y la del municipio.
El beneficio para el Pueblo también se evidenció cuando dicho intendente logró millonarios subsidios de la Nación y la Provincia para pavimentar, sin costo para los vecinos, 50 cuadras de avenidas (10 en 2011). El cierre del anillo que circunvala la ciudad amplió los servicios, valorizó inmuebles y habilitó posteriores loteos. Se integró el autódromo al ejido urbano, y se soluciona la gravísima limitante al desarrollo del deporte motor: asegurar la conectividad del circuito con las rutas nacionales y provinciales.
Con el puente sobre el canal República de Italia y el asfaltado de 3 Km. al Aero Club, también sin costo vecinal, valorizó el uso de los espacios verdes de ocio y sociabilidad del eje de crecimiento turístico del código urbano (Autódromo, Club Hípico, Canal junto a 5 km de riberas, Aero Club). En el predio hubo inversión privada en desagües, alumbrado, arbolado, saneamiento, cinta asfáltica, boxes, edificios, baños, viaducto, electricidad, telecomunicaciones…
C) Etapa actual (2010-2023)
Desde 2010 no hay eventos del TC. El convenio original lo concluyó la autoridad comunal, que en 2015 concesionó el predio a una nueva entidad.
Reflexión
La desproporción en la productividad socio económica de las políticas públicas a partir de que fuera materializada tamaña inversión comunitaria en el Autódromo Municipal Ciudad de 9 de Julio, permite certificar que los intendentes no son todos iguales, “como se dice”, a la hora de honrar la virtud transformadora de la democracia participativa, para cumplir la obligación intergeneracional de transferir un mejor patrimonio comunal, con reducción de los déficits sociales y de las desigualdades estructurales.