Creado por el ingeniero Raúl Salvador Gómez, y lanzado en 1952, el Rastrojero se mantuvo en producción durante casi 3 décadas, y se convirtió en una marca registrada dentro de la industria automotriz nacional.
En el año en que fue lanzado el Rastrojero, el entonces presidente Juan Domingo Perón había impulsado la formación de las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), con la intención de fabricar aviones, tractores, motocicletas y automóviles. Y el Rastrojero surgió como fruto de esta iniciativa.
Años atrás, luego de la Segunda Guerra Mundial, ciertos representantes del país viajaron a Estados Unidos con la intención de adquirir tractores Empire excedentes del conflicto. Sin embargo, estos equipos nunca se utilizaron en labores agrícolas, quedando almacenados en un depósito por un tiempo. Fue entonces cuando cuatro ingenieros recibieron el desafío de hallarles un propósito productivo, dando origen al Rastrojero.
Características de un modelo icónico
El Rastrojero, que había sido presentado en mayo de 1952, se mostró como un vehículo utilitario compacto, capaz de transportar hasta media tonelada. El modelo presentaba una cabina de dimensiones reducidas, con una caja de madera sobre una estructura de acero y un diseño frontal que evocaba al Ford 37. Utilizaba el mismo motor que alguna vez impulsó a los tractores, el motor naftero Willys Overland de cuatro tiempos.
Dado su aspecto resistente y confiable, el Rastrojero resultó ideal para las labores agrícolas. Su éxito condujo a una evolución en su motorización, introduciendo una versión diésel un par de años más tarde: se adoptó un Borgward D4M de 1758 cm3, cuatro cilindros, con válvulas a la cabeza y 42 caballos de fuerza, acompañado por una caja de velocidades de cuatro marchas. Esta variante se convirtió en la versión más exitosa, con más de 26 mil unidades vendidas.
La primera serie del Rastrojero se produjo entre 1952 y 1964, momento en el que se llevaron a cabo pequeñas modificaciones estéticas para mantenerse actualizado en un mercado que ya presentaba competidores como la Estanciera y el Baqueano, ambos de IKA, junto con las pickups Ford F-100, Chevrolet C-10, Dodge D-100 y Siam Argenta.
En 1968, se lanzó la nueva generación del Rastrojero, conocida como «Caburé». Esta versión se ofrecía en varias configuraciones: caja de madera, caja metálica, chasis con cabina, furgón, ambulancia, rural y doble cabina con 2 o 4 puertas, además de una variante como taxi (Conosur).
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Desarrollo y auge del Rastrojero
La época de mayor éxito del Rastrojero se registró en la década de los años setenta, cuando este vehículo representaba el 80% de las camionetas diésel vendidas en el país, marcando un logro sin igual. Sin embargo, durante la dictadura cívico-militar, específicamente en 1979, el entonces Ministro de Economía decretó el cese de su fabricación.
El Rastrojero siempre se distinguió por su economía, su robustez y una notable capacidad de carga, convirtiéndose en un valioso aliado para la clase trabajadora. Fue además el primer vehículo fabricado a gran escala en el país.
Hacia finales del año 2014 se conoció el fallecimiento del ingeniero Raúl Gómez, el “padre del Rastrojero”. Él, junto al ingeniero Félix Santiago Sanguinetti y al brigadier Juan Ignacio San Martín, fueron quienes diseñaron, fabricaron y bautizaron en 1952 al más famoso de los utilitarios argentinos.
Cordobés de nacimiento y crianza, el creador del Rastrojero Raúl Gómez había estudiado Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de La Plata. Fue alumno del Doctor Clodoveo Pasqualini, quien estaba muy interesado en que algún egresado ingresara en la Fábrica Militar de Aviones. Así fue que consiguió, en octubre de 1950, que admitieran dos de sus alumnos: los futuros ingenieros Armengol y Gómez.
Raúl Gómez fue asignado al Departamento Planta Motriz. Su jefe en ese momento era el Capitán Lutereau, y el segundo jefe era el ingeniero Félix Sanguinetti, quien al poco tiempo fuera designado Director de la Fábrica de Motores a Pistón, motivo por el cual Gómez heredó su puesto. En un principio, estuvo dedicado a los bancos de ensayo de motores a pistón y a reacción hasta que comenzó el proyecto de fabricación de los automóviles Institec.
Un utilitario que derivó de un tractor
El ingeniero Gómez no tenía un conocimiento preciso de los motivos que llevaron al Ministro de Aeronáutica, el Sr. Brigadier Juan Ignacio San Martin, a proponer la utilización de los 2.500 tractores «Empire» adquiridos por el IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio). No obstante, en febrero de 1952, durante la visita semanal del Sr. Ministro a la fábrica, se anunció la decisión de emprender esta tarea. Para ello, se le consultó a Gómez si se sentía capaz de construir un pequeño camión utilizando los componentes del tractor.
Se podían reutilizar varias partes del tractor, como el motor (eliminando el regulador de velocidad), el embrague y la caja de velocidades, las crucetas y la bocha del diferencial, el radiador y la caja de dirección. La primera determinación fue establecer el chasis. Optaron por emplear una suspensión delantera similar a la de los automóviles Ford, con un resorte transversal y amortiguadores tubulares. La suspensión trasera contaba con dos resortes semielípticos para soportar una carga de aproximadamente 1000 kg, con conexiones para amortiguadores, aunque estos no se instalaron.
El trabajo de carrocería que no se realizó directamente en el vehículo, sino que se llevó a cabo en el hangar 90 de la Fábrica de Aviones. Se creó una estructura de madera sobre el chasis, donde se moldearon y soldaron las piezas que conformaron la sección fija de la cabina. El asiento era estático, y los pedales fueron adquiridos en un depósito de piezas, posiblemente provenientes de un vehículo Ford. La caja de carga, incluyendo todos los accesorios, fue construida en el taller de carpintería y herrería de mantenimiento.
La línea frontal del vehículo, incluyendo los guardabarros distintivos, fue diseñada considerando su uso en entornos rurales. Esta forma se asemejaba a la que utilizaban los automóviles de carreras de la época, ya que era la más idónea para evitar acumular en exceso el barro.
Un nombre que quedó para la historia
Durante una visita del Brigadier San Martín, Raúl Gómez sugirió el nombre ‘Rastrojero’. Considerando su uso en áreas rurales, pensó que debería ser capaz de transitar entre los rastrojos. El nombre fue aceptado de inmediato, lo que llevó a la fabricación de las insignias del vehículo en la Fábrica de Máquinas y Herramientas. Las placas con el nombre se crearon usando un pantógrafo, un método más rápido para su producción.
El Rastrojero fue presentado oficialmente el 1ro de Mayo de 1952, Día del Trabajador, en Buenos Aires, en la Plaza de la República.
El vehículo tuvo gran aceptación, y como sólo se disponía de menos de 2500 motores, se planteó la necesidad de conseguir más motores y demás partes mecánicas. De inmediato aparecieron las ofertas. En la Fábrica de Motores, se probaron los tres motores nombrados en primer término, Borgward, Perkins y Fiat, en tres chasis tomados de la línea de montaje. Tras las pruebas, resultó elegido el motor de la fábrica Borgward, que luego se instaló en Isidro Casanova.
Raúl Gómez permaneció en la fábrica IAME hasta el 30 de abril de 1956, fecha en la que se habían armado algo más de 5000 vehículos entre Rastrojero (naftero) y Rastrojero Diesel.