Después de 47 años de labor ininterrupida Alberto Giulio se despidió de su trabajo en el Correo Argentino de la ciudad de 9 de Julio. Su familia y sus compañeros lo acompañaron en su último día, el miércoles 28 de febrero de 2024, antes de que presente el telegrama con el renuncia, después de haber decidido el momento del retiro.
EL INGRESO Y SUS INICIOS
En diálogo con la prensa recordó Giulio que en 1977 después de una final de fútbol entre Once Tigres y San Martín. En la sede de Salta 1163 (donde hoy funciona el Consejo Escolar) los jugadores de Once Tigres recibieron las felicitaciones del entonces Presidente de la Liga de Fútbol José Zabala, quien a su vez se desempeñaba en el Correo.
A través de «Coco» Arechabala, Giulio tomó conocimiento que José Zabala buscaba a una persona que trabajara de cadete. Fue así como ingresó desde muy joven, y pasaron 47 años en el Correo.
Alberto Giulio empezó como distribuidor hasta el año 1985. Después de haber cumplido con el servicio Militar Oblitgatorio en 1982 pasó a ventanilla hasta la actualidad en atención al público.
Alberto Giulio se caracterizó por su atención especial en la ventanilla, él y sus compañeros recibieron en distintos momentos certificaciones por la atención: «eso es muy gratificante para mí», expresó. En cuanto a su etapa señaló: «me voy en una edad justa, a los 61 años de vida y 47 años de servicio».
«Le debo todo al Correo. Gracias al Correo, aquí me hice hombre. Haber disfrutado de todos estos años no es poco para una persona», expresó el trabajador.
«Me voy feliz. Hice lo que quise: la atención al público», comentó Alberto Giulio quien reconoció que mientras atendía cantaba y silbaba. Se trata de una persona que trabajaba con responsabilidad y al mismo tiempo trataba de generar un ambiente cálido con la gente. «Es importante que alguien llegue a un lugar y se va gratificado por la atención».
Alberto Giulio agradeció a su familia y compañeros quienes le permitieron llevar adelante un trabajo en equipo. Como anécdota recordó que cuando nació su hija, se iba a llamar Sofía. Como Giulio estaba trabajando en la localidad de Dudignac, en el momento de anotarla su cuñada le puso Delfina, su nombre actual.
Con aplausos lo acompañaron sus compañeros de trabajo y dos ex compañeros del servicio militar que viajaron desde Pehuajó. «Trataré de pasar los próximos años lo mejor posible», comentó Alberto Giulio quien tendrá más tiempo para pasar con su familia y dedicarse a la actividad agropecuaria.