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Nueve de Julio
miércoles, diciembre 11, 2024

María Elba Berthelot. Una vocación consagrada al cuidado de los enfermos

* Había nacido en 9 de Julio.
* Fue una religiosa de la congregación de Siervas de Jesús Sacramentado que, desde su primera profesión, se abocó a la espiritualidad hospitalaria, sirviendo en diferentes centros de salud.
* Integró, durante varios períodos, el Consejo General de su congregación.
* Falleció como consecuencia del Covid-19 en Bolívar, donde había prestado servicios por muchos años en el Hospital Municipal.

En 1910 las Siervas de Jesús Sacramentado se establecieron en 9 de Julio. Fundaron el primer colegio confesional en la ciudad y, desde entonces, impulsaron una obra educativa y espiritual muy importante.
Merced a la vida y testimonio de las religiosas que, a lo largo de tantas décadas, pasaron por esta obra, el legado de la Madre Benita Arias, su fundadora, se ha ido transmitiendo a las generaciones sucesivas.
La hermana Elba Berthelot halló, en las Siervas de Jesús Sacramentado, la familia religiosa donde discernir y abrazar definitivamente la vida religiosa.

Hermana Elba Berthelot.

SU VOCACION
María Elba Berthelot había nacido en 9 de Julio el 2 de marzo de 1936. Su primera infancia transcurrió en 9 de Julio. En plena adolescencia sintió el llamado a la vida consagrada, el cual compartía con otras cuatro amigas que, como ella, también emprendieron el camino vocacional.
En 1955, Elba ingresó en el antiguo Noviciado, ubicado en la localidad de San Miguel, hoy Casa de Ejercicios Espirituales «Quinta Nazareth». Allí, embebió su corazón con la riqueza del carisma de las Siervas de Jesús Sacramentado, legado por su fundador, la Venerable María Benita Arias, practicando la adoración perpetua, con espíritu de sacrificio y preparación; promoviendo el culto del Misterio Eucarístico; sirviendo a sus hermanos, especialmente a los más pobres, a fin de que la Eucaristía sea el centro de sus vidas.
Así comprendió ella su vocación, dedicada a la “adoración constante del Dios oculto, que se manifiesta por la fe: pobre, silenciosa y eucarística. Pobre: en el despojo total de quién se entrega sin reservas; Silenciosa: en el anonadamiento de una vida entregada por completo a la extensión del Reino y Eucarística: en una gozosa acción de gracias”.

LOS PRIMEROS DESTINOS. BOLIVAR
La Hermana Elba Berthelot realizó su primera profesión religiosa en 1956. Enseguida la Madre general María Antonia González la envió a las comunidades religiosas que se encontraban en los hospitales que por entonces atendía la congregación: el Hospital de Infecciosas “Francisco Javier Muñiz” y el Hospital General de Agudos “Dr. Enrique Tornú” en la ciudad de Buenos Aires y en un sanatorio privado de la ciudad de Paraná (Entre Ríos).
En 1967 se la destinó a la comunidad de hermanas del Hospi-tal Municipal «Miguel L. Capredoni» de San Carlos de Bolívar.
Tal como lo afirma el profesor  Walter D´Aloia Criado, vice cónsul honorario del Reino de España en Bolívar, en un brillante artículo publicado en “La Mañana”, la hermana Elba “dejó, entregó, derramo como una ofrenda ante el altar de Dios, sus años en Bolivar”.
“Años –añade- al frente de la Farmacia, años de transitar los largos pasillos del Hospital, años de estar sosteniendo la mano del que sufre. Su capacitación profesional como Enfermera, su rectitud y sus principios como religiosa, hicieron de su palabra y de sus acciones una catedra de vida para todos, para médicos, para enfermeros y para pacientes. Su blanca figura menuda, recorriendo con pasos ligeros pero suaves los pasillos del hospital, su sonrisa amplia enmarcada en el blanco de su hábito, su palabra dulce o severa, según las circunstancias, han formado parte de la historia, no solo del Hospital, sino de todos los que alguna vez pasamos por ellos”.

Querida y admirada por sus hermanas del Instituto de Siervas de Jesús Sacramentado. Aquí, Elba Berthelot (derecha) junto a otra religiosa de su congregación.

PALABRAS FINALES
En el marco de la pandemia de Covid-19 la hermana Elba Berthelot junto con la hermana Amelia continuaron en el Hospital de Bolívar brindado su asistencia espiritual de los enfermos. Ambas contrajeron la enfermedad y debieron ser hospitalizadas. La hermana Elba falleció, como consecuencia del Covid-19 el 19 de julio de 2021.
Fue, sin dudas, una digna hija de la Madre Benita Arias y de la Iglesia. De una gran humildad, imbuida de un noble respeto por el prójimo, fue misericordiosa y reflejó un rostro siempre lleno de esperanza al más necesitado.
Bien asentada en sí misma, fue indiferente a las loas. Cordial, generosa y ecuánime, antepuso siempre los consejos evangélicos y los valores de la persona humana al relumbrón de las apariencias.

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