Y si se han dicho mil cosas sobre la mujer,
voy a decir mil y una más.
Vendrán muchas palabras por enredar,
para poder aproximar,
las verdades y sensaciones,
que como mujeres hemos de transitar,
en una sociedad de base patriarcal,
con andamiajes coloniales,
que subyugan libertades de inmensidades.
Aquellas que no desean ser sepultureras de pasiones,
ni parte de la patronal hegemónica dominante,
sino solo ser personas,
que abrazan empáticamente la humanidad,
son y somos las sentidoras y pensadoras,
marcando rutas a la alteridad.
La mujer que no sucumbe,
se imbrica en una lucha,
casi de tortuosa crueldad,
para sabotear este andamio nefasto,
que se ha construido desde la homogeneidad.
Pero no es la mujer en soledad,
sino la colectiva de mujeres,
las que han de lograr,
derrocar las injusticias que viven muchas,
por su contexto socio cultural.
Mujeres libertadoras,
las colectivas desmanteladoras de falsa dignidad,
son las que abren las grietas,
por las que día a día,
va entrando la libertad.
Lorena B. Marcos