Por Carlos Crosa
Luz y sombras es la vida,
Bien que lo sabías, Dora querida.
¿El eco de cierto violín, acaso,
Poblando el silencio de tu esplín,
Te lo enseñó,
Y ahí esa tu fuga de cristales y malaquita
Y del módico aguinaldo
Por algún bisiesto año mercenado,
De un día más
En un existir sin sorpresas?
Intuías el alto precio,
Que lo fue más aún, viviendo
Pero no te importó,
Lo refleja tu poesía.
¿Qué más puedo decir, en este rezo
Que por vos esbozo sin saber rezar?
¿Qué más,
Para así por siempre
Al olvido negarte
Ahora que tu cabello
Es ya, hebra de estrella?