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miércoles, marzo 19, 2025

Llegó a Argentina la revolución de la construcción: casas como si fueran autos

 

Cuando adquirimos bienes de uso como autos, electrodomésticos, herramientas, indumentaria, etc, elegimos entre opciones de diseño, calidad o precio, y rápidamente disfrutamos de lo que adquirimos. Sin embargo, en pleno siglo XXI satisfacer la necesidad de una vivienda en Argentina sigue siendo un problema. En este mercado tradicional anquilosado y lento una solución de construcción inteligente desafía los viejos paradigmas, ofreciendo eficiencia, precisión, previsibilidad, escalabilidad y portabilidad a un menor costo.

LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LA CONSTRUCCIÓN

Apartment residential townhouses facade architecture with outdoor facilities_4x3

El sistema tradicional de construcción está en crisis, por no haberse modernizado al ritmo de las demás actividades de la economía local. Ladrillo sobre ladrillo, meses de retrasos, sobrecostos, escasez de mano de obra, calidad atada al clima o al contexto y mucha imprevisión generalizada, generan incapacidad de lograr volumen, velocidad y buen precio.
La creciente escasez de mano de obra agrava aún más el problema. En la próxima década el 30% de los trabajadores del rubro se va a jubilar y el ingreso de nuevos operarios apenas llega al 5% porque los jóvenes no eligen el sacrificado trabajo en obras húmedas a la intemperie. Sin alternativas eficientes, la crisis laboral en la construcción será insostenible.
Hoy en Argentina menos del 5% de las viviendas se construyen con sistemas modulares o semi-industrializados, pero las proyecciones indican que en 2030 la cifra podría alcanzar el 20%. Aun así, el país sigue lejos de referentes como Suecia o Países Bajos, donde más del 50% de las viviendas ya se fabrican industrialmente. El desconocimiento, la resistencia al cambio y la falta de incentivos para la transformación están retrasando un cambio que de todos modos será inevitable porque los viejos sistemas de construcción ya no pueden competir con modelos de base industrial que han optimizado su producción incorporando métodos modernos, tecnología y sistemas de gestión más eficientes.
China es el mayor exponente de esta revolución. En su proceso de urbanización acelerada, ha implementado la construcción industrializada a gran escala, permitiéndole levantar edificios de más de 30 pisos en una semana. Argentina aún enfrenta demoras de años para la entrega de viviendas, y la demanda de casas para las clases medias ya supera los 3 millones de unidades.
EL LADRILLO YA ES PARTE DE LA HISTORIA
Nuestros abuelos no concebían la posibilidad de una obra que no tuviera olor a cemento y la consistencia del ladrillo, pero tampoco imaginaban construcciones antisísmicas, edificios inteligentes, casas domóticas o sistemas de energía solar fotovoltaica en sus viviendas. Educados en esa escuela clásica, aún hay clientes que al evaluar un sistema constructivo golpean las paredes esperando que les duelan los nudillos. Pero la realidad es que todo mejora, se supera, y ya nada tiene que ser pesado y macizo para ser sólido, durable, sostenible, eficiente y confortable.
Estados Unidos, Suecia, Noruega, China, y muchos países superdesarrollados hace más de 30 años que solo utilizan hormigón, cemento y bloques para obras muy específicas. Viviendas de lujo,
edificios de categoría, hoteles y todo tipo de obras residenciales son construidas mayoritariamente con sistemas secos que incluyen construcción modular, perfilería premoldeada, paredes panelizadas, sistemas de aislación mucho más eficientes, y productos que se fabrican en plantas industriales.
En ese mundo moderno, existen propuestas con distinto grado de evolución, desde la “construcción modular” que se basa en diseños predeterminados o enlatados, hasta los más eficientes modelos de industrialización que permiten total flexibilidad arquitectónica en los que cada vivienda se diseña a medida y se fabrica en entornos controlados, con precisión, velocidad y menor costo.


VENTAJAS DEL REVOLUCIONARIO SISTEMA INDUSTRIALIZADO
Las viviendas y edificios que se producen casi completamente en plantas industriales y luego se ensamblan e instalan en pocos días, bajo estrictos procedimientos técnicos y logísticos. Esto permite
reducir sensiblemente los costos y los tiempos de obra. En un mercado en que los desarrolladores están preocupados por los costos de la construcción, la industria propone mejores casas, hasta 50% más baratas y en menos de la mitad de tiempo.
El sistema permite respuestas rápidas y eficientes para necesidades habitacionales masivas. Mientras la historia argentina abunda en ejemplos oficiales con grandes empresas constructoras que demoraban años para la construcción de un barrio de viviendas, los sistemas industrializados permiten entregar miles de metros cuadrados llave en mano en sólo pocas semanas. Una casa de 100 m2 se puede producir en pocos días y entregar lista para habitar en sólo un par de meses.
A diferencia de la construcción tradicional, donde los sobrecostos son la norma, la industrialización permite un presupuesto cerrado y sin sorpresas. La clave está en trasladar la lógica de la manufactura avanzada a la construcción, incorporando a proveedores que fabrican en serie cada componente con altos estándares de calidad, lo cual permite fijar los precios de venta con antelación.
El trabajo bajo estrictos controles de seguridad sin los riesgos de la obra húmeda a cielo abierto, reduce los errores humanos y permite a las empresas ofrecer garantía sobre sus productos, como suele suceder cuando compramos todo tipo de productos y bienes de uso.
Además el sistema produce menos residuos, se minimizan los desperdicios y se optimiza el uso de materiales, reduciendo el impacto ambiental y haciéndolo más acorde a las prácticas de sustentabilidad.
UNA SOLUCIÓN AVANZADA SUMA LO MEJOR DE ARGENTINA Y CHINA
Si bien hace varios años que unas cuantas empresas locales ofrecen soluciones que tienden a la estandarización de procesos y ofrecen propuestas modulares, recientemente se ha presentado una alternativa superadora, que suma tecnología avanzada de gestión de procesos, diseño e ingeniería, potenciados por modelos predictivos impulsados por Inteligencia Artificial.
La innovadora propuesta de Hausind® Flex Build Suit –una solución conformada por el ecosistema Link Argentina– se propone liderar este cambio necesario en el proceso constructivo, sumando el trabajo de las principales fábricas argentinas de viviendas, proveedores locales de materiales clave y la sorprendente capacidad de la industria china, donde poseen acuerdos con el mayor grupo dedicado a la construcción industrializada, con más de 10 fábricas altamente tecnificadas.
Esta solución industrializada está inspirada en el modelo automotriz, y es el resultado de un minucioso estudio de los modelos más exitosos en países líderes en innovación constructiva. A diferencia de las demás alternativas, HausInd® ensambla decenas de “casapartes” en viviendas producto de distinta tipología, siguiendo las tendencias globales más avanzadas del desarrollo inmobiliario y suma industria argentina y china para ofrecer productos más rápidos y a mejor precio.
El cambio ya está en marcha, y las empresas que adopten esta evolución primero serán las que lideren el mercado en los próximos años. ¿Estás listo para dar el salto y liderar el futuro de la construcción en Argentina?

Steel House Constructor Worker. Caucasian Worker with Power Tool on the Building Frame.

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