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Nueve de Julio
miércoles, abril 23, 2025

En Catedral se rezó por el alma del Papa Francisco


En la misa celebrada en la Iglesia Catedral de 9 de Julio «Santo Domingo de Guzmán» se rezó por el alma del Papa Francisco, presidida por el Obispo Ariel Torrado Mosconi. Asistió la Intendenta Municipal de 9 de Julio, María José Gentile; acompañada del Secretario de Gobierno, Federico Aranda y la secretaria de Desarrollo Comunitario, María Márquez.
Tras la ceremonia religiosa, la jefa comunal consideró que este “es un momento muy especial para quienes profesamos el catolicismo; una jornada de sentimientos encontrados: por un lado, la alegría por la resurrección de Cristo, y por otro, la tristeza por la pérdida física de quien fue nuestro máximo referente, el Papa Francisco”.

EL MENSAJE DEL OBISPO DE 9 DE JULIO
Nueve de Julio, 21 de abril del año santo 2025,
lunes de la octava de Pascua.
Queridos todos en el Señor:
Sin lugar a dudas la partida del querido Papa Francisco no deja indiferente a nadie ni en la Iglesia ni en la sociedad, particularmente en su tierra argentina. Nos embarga un sentimiento ciertamente “agridulce”, como tantas veces nos pasa con nuestros seres queridos: dolor por la pérdida, porque ya no seguirá entre nosotros cumpliendo su misión y donándonos su testimonio; gozo porque vuelve a Dios, término de toda existencia humana, a presentarle su tarea cumplida hasta el último instante.
Sí, Francisco nos ha dejado este bello y heroico testimonio guiado cabalmente la Iglesia universal hasta el último aliento de vida, cargando la cruz de la enfermedad porque, al decir de otro santo pontífice “Pedro sirve a la Iglesia, sin soltar su timón, conduciéndola en medio de la tormenta” (Cfr. San Gregorio Magno).
Parte el Obispo de Roma -así quiso siempre que lo denominaran en primer lugar- dejándonos su legado con su impronta. El Papa de “Evangelii gaudium/la alegría del Evangelio” con ese fuerte y gran llamado a la “pasión por evangelizar”, la urgencia de la misión, a “callejear la fe” hasta las “periferias existenciales”, llamando a la Iglesia entera a ser en cada lugar un auténtico “hospital de campaña”. El Papa que supo captar con clarividencia las grandes llagas y causas del mundo actual: la paz por la tragedia de la “tercera guerra mundial por partes” como solía afirmar; el cuidado de la casa común y del medio ambiente; el drama de los pobres y los refugiados, buscando siempre el camino de diálogo incansable con todos y promoviendo la “cultura del encuentro” y la fraternidad en el mundo.
Parte el Pastor de la Iglesia universal promotor de su reforma entendida siempre como “conversión pastoral”, que la concibió cada vez más como sacramento de comunión y misión y, por eso, nos dejó de consigna y programa la “sinodalidad” que la edifica y manifiesta. No deja la Misericordia como su genuina herencia espiritual. Para él es el verdadero nombre de Dios, el estilo de vida de todo seguidor de Jesús, el rostro que debe mostrar la Iglesia y el remedio para las heridas abiertas de la humanidad.
No deja de conmoverme su partida, personalmente: fue mi obispo -así como yo lo soy de Uds. ahora, para que puedan entender este sentir- durante la mayor parte de mi sacerdocio en Buenos Aires y quien me confirió la consagración episcopal. Por eso mi trato fue siempre, aún como Papa, de “Padre”, siempre me dirigí a él de esa manera. Por eso hoy, invito a los fieles de toda la diócesis y a las personas de buena voluntad a encomendarlo y despedirlo diciendo: ¡Padre Jorge, Papa Francisco, muchas gracias, descansa en paz!
+Ariel Torrado Mosconi
Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio

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