-Transcurrió gran parte de su vida en la recordada concesionaria Fava hermanos, fundada por su padre, donde trabajó en el taller.
-Desde hace 24 años se desempeña en la comisión de Bomberos Voluntarios, de la que actualmente es presidente.
-Muy conforme con el momento de Bomberos, espera tener una larga presidencia al frente de esta institución de vital importancia en la comunidad.
Dante Juan Fava nació en 9 de Julio en 1943, hijo de Isolina Villa y José Antonio Fava, quien fue mecánico y fundador de la recordada concesionaria Fiat Fava hermanos.
Trabajó con su padre en la concesionaria -ubicada frente al cuartel de Bomberos Voluntarios- casi desde los inicios de la firma. “Soy técnico Diesel, estuve estudiando con Jorge Verna, con quien tuvimos un banco de pruebas. Después, Jorge se puso solo y yo seguí la administración del taller de automóviles: garantías, roturas, todo eso”. Era una empresa familiar, cuyos socios eran cuatro hermanos, y trabajaban los hijos: “Mi hermano Osvaldo estaba en la administración de repuestos, con un primo, ‘Caco’. Otro primo, Roberto, estaba en administración”, rememora.
Fava hermanos fue la concesionaria más importante de la época, y Dante puede dar testimonio fiel de esto: “en tiempos buenos, se llegaron a vender hasta cuatro tractores por semana. En tiempos de Onganía, de Lanusse, empezó el empuje del campo. En la concesionaria trabajaron 25 empleados, durante mucho tiempo. Primero tuvimos Fiat tractores, después, llegamos a tener automóviles y camiones. Y tuvimos la sub concesionaria en Casares, que atendía ‘Tato’ Zubeldía”, precisa. Con el tiempo se dejaron los camiones, y se continuó con tractores y autos. No obstante, asegura que para todo esto “se necesitó una infraestructura impresionante, y vivimos todos en eso”.
Para dar una idea de la magnitud de la empresa, destaca que “aproximadamente en toda su vida, desde 1958, cuando se empezaron a vender tractores, y en 1963 automóviles; en Fava hermanos se llegaron a más de mil tractores vendidos, y alrededor de 900 automóviles. En aquel tiempo se vendía mucho, era fácil la compra. No había tanta documentación, era una vida de más trabajo pero de más tranquilidad”, evoca.
Pero nada es para siempre, y llegaron años difíciles; pérdidas que marcaron el fin de la concesionaria. “Tuvimos un problema grave, cuando mi padre se mató en un accidente automovilístico. Luego falleció otro tío por un ataque de presión, y otro tuvo una enfermedad grave…. Entonces, las familias que quedamos, que éramos muchos, nos decidimos vender la concesionaria, la parte de los campos que nos quedaban, y repartir”, explica.
Así fue que, prosigue, “la concesionaria fue vendida a Mouras, a comienzos de la década del 80’, quien luego instaló la Dodge. Y la parte de atrás fue vendida a Canal 3. Después compraría en ese lugar Arnaldo Appella, que le compraría también a Canal 3, y la casa de al lado, a Punta”, cuenta, recorriendo una historia ya más reciente.
Llegada a Bomberos
Cada integrante de la familia emprendió su tarea particular. Dante y Osvaldo, que siempre fueron muy unidos siguieron juntos en otro comercio en la Vedia al 100.
También trabajarían juntos en la comisión directiva de los Bomberos Voluntarios de 9 de Julio, donde el primero en ingresar sería Dante, 24 años atrás, en 1986. “Me llevó mi amigo Sofanor Cella”, señala. “Ibamos siempre a comer asados los viernes, nos reuníamos, y me propuso acompañarlos en Bomberos. Sofanor y ‘Nino’ Mafferetti me dijeron en ese momento: ‘vení a la comisión, total es para comer un asado una vez cada tanto’. Fue una linda cargada, porque hay que trabajar”, recuerda, risueño.
Y trabajó intensamente. “Empezamos haciendo fiestas, bailes, ayudábamos a asar, teníamos la cantina. Nos tocó una fiesta grande en 12 de Octubre para 800 personas, una semana antes preparando cosas, otra fiesta en Patricios para 1300 personas”, rememora.
Y destaca que “como ando mucho en fierros, me tocó atender la parte de camiones, roturas, que bastante llevamos adelante”.
Todo fue hecho, remarca, “con mucho sacrificio. El cuerpo activo nos ayudaba, porque la comisión sola no podía, había un gran compañerismo”. Además de Sofanor Cella, recuerda de la antigua comisión de sus inicios a “Mario Rossina, Priolo, a Héctor Canito, con quien somos muy amigos de antes de entrar a Bomberos, y que siendo ya jubilado de Bomberos, siempre iba a ayudarnos”.
Bomberos fue ganando cada vez más espacio en su vida, sobre todo a partir que decidieran cerrar el negocio que compartía con su hermano. “Estuvimos varios años, hasta que dijimos ‘hasta acá llegamos’. Hoy hay mucha competencia, mucho nerviosismo de venta, que te hace hacer cosas demasiado ligeras, lo que a mí nunca me gustó. Por eso llegamos con mi hermano hasta cierta altura, y dijimos: ‘vamos a hacerlo tranquilos’. Alquilamos el negocio y salimos a vender al campo como siempre lo hicimos, toda una vida vendiendo tractores, cosechadoras, y seguimos así, despacio pero bien”. Y compartiendo, además del trabajo, la actividad en Bomberos, en cuya comisión Osvaldo es prosecretario, desde hace alrededor de cuatro años, y Dante, flamante presidente.
La presidencia
El cuartel de Bomberos de 9 de Julio es un modelo a seguir. “Muchos cuarteles de alrededor han mirado cómo se está moviendo el cuartel de 9 de Julio. Pero hay mucho sacrificio, y la manera de lograrlo es con esta comisión, que tenemos desde que empezó ‘Nino’, con Artola segundo, y toda la gente que nos sigue”, afirma.
En sus 24 años en la comisión, Dante Fava fue subiendo posiciones, llegando a la vicepresidencia, “cuando ‘Cacho’ Artola no quiso seguir”, explica.
Y este año 2009, llegaría la oportunidad de la presidencia, que aceptó principalmente por “la comisión excepcional de gente” que hay, afirma. De ella, sostiene, “tengo apoyo incondicional”.
A pesar de esto, reconoce que la designación fue una sorpresa: “cuando tomé la presidencia, fui el último en enterarme. ‘Nino’ Mafferetti y Artola empezaron a decirle a la comisión quién podía estar de presidente, ‘Nino’ me propuso, y fue unánime. Fue una gran emoción”.
Y, obviamente, también representa más trabajo. “Bomberos incluye viajes a Buenos Aires, a otras instituciones, a ver cómo va todo, qué hay que reformar. Siempre acompañado por Márquez, un ladero fiel. Porque aparte de ser jefe de Bomberos, es secretario de la institución, lleva la papelería, que insume mucho tiempo”, elogia.
Admite que es un hombre de perfil bajo, “no me gusta estar muy arriba, porque si hay algo que va en contra, somos criticados, a veces”, explica. Pero, como contrapartida, sostiene que lo entusiasma el apoyo de la comunidad: “fuimos muy apoyados por la comunidad de 9 de Julio. Y cuando quisimos conseguir algo para Bomberos sobre el campo, la parte legislativa nos ayudó muy bien, y creo que vamos a tener un cuartel de primera”, confía.
Logros fundamentales
“Llevo una presidencia muy tranquila”, dice Dante Fava a modo de balance de sus dos meses al frente de la comisión de Bomberos. Parte de esta tranquilidad la dan los logros: “días pasados, logramos tres cosas fundamentales”, recuerda, entre los que destaca sobre todo “la escalera tan soñada, que no hubiéramos conseguido si no hubiese sido por Horacio Delgado, que nos consiguió los 200 mil pesos”, agradece.
Y reseña que “hubo varias escaleras que miramos, pero parece que vamos a conseguir una Mercedes Benz del norte de Alemania, que representa 75 mil dólares. Nos faltan unos 80 mil pesos. Creo que luchándola, con ayuda de la ciudad de 9 de Julio, y algo que nos prometió el Diputado Delgado que va a seguir consiguiendo, vamos a llegar a pagarla”, considera.
Pero la lucha no termina ahí, ya que en esta actividad voluntaria, las necesidades se multiplican, al ritmo de los cambios que se producen en la ciudad y el partido. “Necesitamos otra autobomba, otro camión cisterna, porque en los campos está faltando agua, y los novillos no están y empezaron a sembrar soja, y nos encontramos con que no hay molinos. Entonces hay que salir a buscar agua más lejos”, explica. “Necesitamos otra cisterna y autobombas, porque cuando hay que salir a un incendio de campo, es tremendo. Es una carrera continua”.
Otros importantes logros, indica, son “la ley de Inembargabilidad, y La Tasa de ayuda a Bomberos está en tratativas con gobernación. Si Bomberos recibe una tasa, dejamos de lado el peso por hectárea, por año. Eso se suspende”, aclara.
“Así también, el aporte voluntario de los dos pesos de la luz, que sigue porque es voluntario y nos ayuda mucho, porque tenemos que blanquear todos los cuarteleros, aunque sean gente jubilada, y eso nos representa entre 11 y 12 mil pesos, que es lo que estamos juntando en el recibo de la luz de la gente del voluntariado”, afirma. “Además, con las roturas, el combustible, no tendríamos para seguir si no fuera así”.
“A veces viene una ayuda, que se llama Fondo de los Seguros, y se reparte a todos los Bomberos Voluntarios de la Nación. Pero es una vez al año, no es algo efectivo. Y nosotros necesitamos dinero continuo. Por eso salimos a la comunidad y a la gente de campo, por un apoyo. Y la otra vez lo tuvimos en el Concejo Deliberante, lo que nos llenó de emoción”, señala.
Por lo demás, más allá del apoyo comunitario, siempre está la base de la férrea comisión, en una entidad repleta de camaradería y voluntad. Para definir este sentimiento de Bomberos, Dante toma palabras del ex presidente, ’Nino’ Mafferetti: “él dice que Bomberos es como la parra, cuando más la podás, con más fuerza viene y más frutos da. Y somos así, nos podan, nos pelean, pero el empuje lo llevan los mismos muchachos”.
Una vida “tranquila”
Dante Fava define su vida como “tranquila, ya ahora con una jubilación, algunos alquileres…. Por eso puedo estar en Bomberos y meterle varias horas”, explica.
Otro espacio en su vida que le da tranquilidad es la familia: casado con Mabel Dalila Tassara, “una luchadora”, comenta, tienen tres hijas. “Las tres recibidas: la mayor, María Isabel, es dentista. La segunda, Natalia, se encarga de reparación de computadoras. La más chica, Cecilia, que es recibida de administración de empresas, trabaja para el contador Vivani, le ayuda a María Isabel a llevar el consultorio, y lleva lo mío. Tengo un nieto de cuatro años”, completa.
Así transcurre su vida, entre la vida en familia y los Bomberos, a quienes define de un modo particular: “son bohemios laburantes. Porque están al tanto del llamado los 365 días del año, las 24 horas del día. Y cuando toca la sirena, a los cinco minutos hay 20 o 25 bomberos de entrada. ¿Cómo no vas a luchar para ellos, que dejan su trabajo para ir a cumplir otra cosa, que llegan a la 1 de la mañana y al otro día tienen que ir a trabajar a las 8?”, se pregunta.
Por eso, espera seguir con su trayectoria en la fuerza, “como ‘Nino’ y Artola, después Dios dirá”.
Palabras finales
En esa cuadra de la Avenida Vedia entre Avellaneda y Alsina, Dante Fava pasó la mayor parte, y la más productiva, de su vida. Primero en Fava hermanos, luego en Bomberos. Siempre con los “fierros”, como le gusta decir, pero también ampliándose a todo lo que haga falta, en un ámbito de necesidades urgentes. A pesar de su perfil bajo, nunca le fue esquivo a las responsabilidades, y en el mundo que denomina de los “bohemios laburantes”, él se identificaría más con la segunda palabra.