Un estudio internacional, en el que participan científicos argentinos, demostró que, al igual que los seres humanos, esos insectos articulan conceptos abstractos que aplican a situaciones nuevas. El hallazgo puede abrir caminos de investigación en el campo de la psicología humana, las neurociencias, la robótica y la inteligencia artificial.
El cerebro de una abeja de tan sólo un centímetro cúbico es capaz de articular en forma simultánea dos conceptos abstractos para tomar decisiones frente a situaciones novedosas, una habilidad que se consideraba angular de la cognición humana.
Por un lado, las abejas manejan conceptos espaciales para distinguir “arriba de abajo” o “derecha” de “izquierda”, explicó a la Agencia CyTA uno de los autores del estudio, el argentino Martín Giurfa, director del Centro de Investigaciones sobre la Cognición Animal de Toulouse, en Francia, y presidente del Área de Neurociencias del Consejo Nacional de Investigaciones de Francia (CNRS según sus siglas en francés).
Por otra parte, agregó Giurfa, estos insectos sociales también pueden identificar objetos y clasificarlos con las categorías “igual”, “diferente”, “más que” o “mejor que”, entre otros parámetros.
La investigación, publicada en la edición del 16 de abril en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, fue realizada con abejas que volaban libremente en un “laberinto en Y” y fueron entrenadas para elegir su camino entre dos opciones: una recompensada con una solución azucarada y otra desprovista de ese estímulo alimentario.
Cada opción presentaba dos figuras, las cuales iban cambiando de manera constante. “Para obtener la recompensa, las abejas tenían que elegir dos figuras diferentes y que además se hallaran una encima de la otra”, señaló Giurfa.
En una situación crítica las abejas debieron elegir entre estímulos jamás vistos con anterioridad. En lugar de desconcertarse, eligieron perfectamente la opción nueva que satisfacía el doble criterio, mostrando así la capacidad de usar dos conceptos a la vez y de aplicarlo a situaciones novedosas.
Este estudio –realizado en conjunto por investigadores de las universidades de Toulouse y Melbourne, en Australia- revela que algunos conceptos que se consideraban exclusivos de humanos y otros primates también están presentes en insectos.
Los resultados del trabajo cuestionan la suposición de que los cerebros de un tamaño importante son necesarios para la elaboración de un saber conceptual, dado que una arquitectura neurológica miniaturizada es capaz de combinar conceptos diferentes para tomar decisiones. “Los resultados obtenidos pueden abrir caminos de investigación en el campo de la psicología humana, las neurociencias, la robótica y la inteligencia artificial ya que el estudio del cerebro de la abeja puede aportar conocimiento en esas áreas”, concluyó Giurfa.
(Agencia CyTA-Instituto Leloir)-