* Por Fernando Durigan- Mentes Abiertas
Una vez más, y van… Una vez más el atropello. La impunidad del poder. El sentirse todopoderoso.
El enhebrar en la oscuridad potenciales enemigos. Si dice esto, o aquello, no se le dan notas.
Una vez más se demuestra que la coherencia entre el decir y el hacer, esta muy lejos de ser patrimonio de esta gestión. Una gestión que se destaca entre otras cosas, por su censura. Por difamar, ensuciar a través de publicaciones de dudosa legitimidad, a quienes nos damos el hermoso gusto de la libertad de expresión. Hablan de cepos a nivel nacional, porque les conviene, los lava de culpas que son de su exclusiva responsabilidad. Desean exculparse entre ellos mismos. Con sus propias palabras. Siempre la culpa la tiene el otro. El anterior. Nunca ellos. Nunca el mea culpa. Nunca reconocer que no son perfectos. Desde ese lugar de soberbia mental, se desean imponer a toda costa. Ante este nuevo hecho que se da a publicidad más allá de solidarizarse uno con el diario Centenario de la ciudad, vale repasar algunos detalles. Fué el mismo intendente quien dijo: “ En el disenso se crece”. De qué crecimiento habló. Porque cuando se pretende tener la palabra de un funcionario Público, aparecen estos personajes baratos, salidos de pasillos oscuros, que cuando tuvieron la posibilidad de marcar camino, sólo lo perdieron. Elaboran teorias de conspiraciones. Ven enemigos en las esquinas. Se valen de los de moral endeble para tejer sus telarañas. Lo venimos padeciendo desde hace años. Si habla fulano o mengano, no te pago la publi, suele escucharse comentar a quienes padecen la injusticia de la opresión publicitaria.
Hace años tuvimos una discusion con este personaje, que domina, que maneja con total impunidad lo que a la luz de las cosas no debería suceder: Que la opinión pública de funcionarios públicos sea manifestada con libertad. En aquella oportunidad, grabación mediante que pongo a disposicion de quien lo desee, con gritos y además agresivos, se diò el lujo de decir: “A tu programa no va a ir nadie porque yo no quiero”. Y así se sucederion los años. En una época dónde debería predominar la concordia, el debate, el disenso, nos vemos restringidos algunos periodistas a tener la palabra de quienes deben desarrollar su tarea de la mejor manera. Porque si la prensa no controla a sus funcionarios, ¿cómo se entera la ciudadanía de los hechos? Seguramente en su basta trayectoria, en su manejo impecable del vocabulario, saldrá como siempre a escribir sobre los que considera sus enemigos. Pero se equivoca porque esto no es una batalla. Esto es simplemente, solicitar el libre ejercicio de la profesión. Una vez más, se impone el autoritarismo que ha sido marca registrada de esta gestión. Lo hemos denunciado más de una vez. Por ello, hemos sido víctimas de innumerables ataques. Pero los hechos, en el tiempo, nos confirman la sospecha. Hay quienes no se acostumbran a vivir con la opinión de los demás. Sólo vale la palabra de ellos. Los que ellos piensan, el resto, sólo molesta. Por cierto, la funcionaria a cargo del “Bienestar Social”, ha declarado que la situación de calle de la persona que ha sido descripta en este medio, es responsabilidad del CPA. Una vez más, la culpa es del otro. La impunidad del poder. Una vez más.
“No me preocupa el grito de los malos, sino el silencio de los buenos” Martin Luther King.
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