[16 de febrero de 2010] Ayer, 15 de febrero de 2008, tras una noche calurosa, 9 de Julio amaneció con una noticia trágica, que a nadie dejó indiferente. En horas de la madrugada de ese día, Renzo Javier Blanco, de 19 años; Fabián Alejandro Valbuzzi, de 22 años, y César Ezequiel Tolosa, de 19 años, habían perdido la vida, cuando realizaban “picadas” en la continuación de la avenida Agustín Alvarez, en cercanías del Autódromo Municipal.
Además de la conmoción de familiares y amigos de los jóvenes, como así también de la comunidad, la terrible noticia tuvo una gran repercusión en los medios nacionales y zonales gráficos, radiales y televisivos con transmisiones en vivo.
En la zona donde Renzo, Fabián y César perdieron la vida, sus afectos erigieron un monolito que los recuerda con cariño. Allí se colocaron sus fotos, frases recordatorias, una leyenda que reza “los dueños de la calle”. Tres vidas jóvenes que se perdieron, dejando una herida que sigue abierta.
Lamentablemente, a dos años de esta tragedia, las picadas continúan, y los controles siguen siendo insuficientes.
El tránsito se cobra vidas no sólo en las rutas sino en las calles. Además de las víctimas fatales también se debe tener presente, la gran cantidad de personas que quedan heridas con secuelas muy importantes.
Hay asignaturas pendientes de parte de la comunidad en su conducta en las calles, como así también del Estado en la implementación de sus políticas.
