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Nueve de Julio
domingo, noviembre 24, 2024

Pilatos. El Gran Bonete. La buena pipa. Justicia Tucumana

Dolor. Indignación. Extrañeza. Perplejidad. Asombro. Impunidad. Desamparo. Corrupción.
Podría llenar la nota de adjetivos que definan mis sentimientos, y mis pensamientos por la resolución de la “Justicia” tucumana en el caso Marita Verón.
Desconocer a cada una de las personas recuperadas de la prostitución. Desconocer la lucha encomiable de una madre que dejó todo buscando a su hija, es avalar tácitamente todo eso. La trata de personas. La violencia de género. Admitieron cada una de estas cosas. Anoche le dieron la derecha a la impunidad. Las famosas “whiskerías” de las provincias gozan de buena salud. Señores, la Justicia tucumana les acaba de decir, háganlo mejor para no tener tantos problemas. Resulta curioso si se traza un paralelismo, con el caso de Strauss Khan, personaje de influencia mundial en las economías del mundo, que terminó “acordando” por sólo U$S 8 millones, no haber abusado de quien sí abuso.
La pregunta: ¿Se puede confiar en la Justicia? Debemos. Si no esto sería un viva la pepa. Hoy tan cuestionada, quizás como nunca en mucho tiempo, la Justicia debe ser sentada en el banquillo. Debe dar explicaciones. Debe argumentar de manera veraz, sus fallos. Debe intentar explicarnos, decirnos cómo una persona está perdida y no desaparecida. Cómo este hecho o esta palabra modifica todo un fallo. Lo que se vivió la noche del martes, fue escandaloso. Más de 4 hs de demora, porque sabían que no podían leer semejante fallo. Entonces, con cara de póker, se sentaron y sin levantar las miradas, se prestaron a lo que ya sabían. La Secretaria del Juzgado, al leer la sentencia, quebrada por su impotencia de tener que decir que los 13 bestias que venden; compran personas, y las obligan a ejercer la prostitución quedaban libres.
¿Cuántas Marita Verón hay? ¿Cuántas personas se rescataron en estos 10 años de incansable búsqueda? Debe definitivamente, la Justicia sentarse en el otro banquillo. Debe escuchar los alegatos de aquellos que nos sentimos vulnerados cuando abogados acostumbrados a los laberintos judiciales, dilatan, embarran la cancha, salen airosos. El martes a la noche se cometió uno de los actos más grandes de impunidad que se tenga memoria. Quedará en la memoria de muchos el fallo.
Un dato: Se leyeron más de un mensaje de políticos de nuestro país, acompañando en la lucha a Susana Trimarco. Que no afloje. A darle todo su apoyo. Ahora bien, la ley sobre trata de personas, tuvo modificaciones, y las modificaciones debían ser tratadas en el parlamento. Señores, el tratamiento de dichas modificaciones, perdió estado parlamentario. Se abocaron tanto a una pelea inútil, mediática, como la ley de medios, que se les pasó esto. Y es responsabilidad de todos en su conjunto. Ni un lado, ni el otro, ni los del medio. TODOS.
Cuando se dice que grandes poderes ejercen presión, el martes a la noche quedó demostrado. La droga. La corrupción. La prostitución. Todos ellos conjugados en un fallo aberrante para los que luchan por los derechos perdidos de personas sometidas. Por esas personas que luchan por liberarse del yugo del sometimiento.
“Tiempo que pasa, verdad que huye”. Así reza uno de los axiomas que utilizan los abogados cuando causas perennes en el tiempo, deben comenzar a ser investigadas otra vez.
¿Será Justicia?
Fernando Durigan
www.mentesdigital.com

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