[20 de abril de 2010] (Olavarría – Infoeme) La máxima autoridad del partido no se equivocó nunca. Condujo el juego a la perfección, sacó las tarjetas que debía mostrar, acertó en la expulsión de Nahuel Guerrero y en su última decisión, otorgar 7 minutos de adicional, mostró una valentía no habitual en estos casos.
Todos los prejuicios quedaron de lado. Que su juventud, que la falta de roce, que elñ ambiente, que había mucho en juego y tantos otros atenuantes que se lanzaron al ruedo una vez conocida la designación de Carlos Guiotto como árbitro para un nuevo Ferro – Racing por el Argentino “B” fueron a parar al diablo con la impecable labor del árbitro nuevejuliense.
Desde el primer minuto Guiotto se preocupó por estar muy cerca de la jugada y cobrar todo lo que la proximidad con las jugadas le permitía ver, y así tuvo el partido en un punto permanentemente.
Llevó adelante una conducción irreprochable, sacó las tarjetas en el momento indicado, expulsó con justicia a Nahuel Guerrero (dura infracción estando amonestado) y la última decisión para terminar de redondear la mejor labor arbitral vista en este certamen fue cuando le tocó dar el tiempo de descuento en el segundo período.
Con seis cambios y varios ingresos de los auxiliares de Ferro para atender jugadores caídos la ocasión no ameritaba menos de lo que terminó dando, siete minutos, a pesar de las quejas de los carboneros.
Porque las decisiones vincularas con la justicia (en este caso la deportiva) no tienen que ser simpáticas, ni antipáticas, sino justas. Y así lo entendió durante toda la tarde Carlos Guiotto.