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sábado, noviembre 30, 2024

Muy buena adhesión a la celebración de las Fiestas Patronales

[30 de junio de 2010] Este martes 29 de junio se llevó a cabo la celebración de las Fiestas Patronales de «San Pedro y San Pablo» en el Centro Misional Juan Pablo II ubicado en calles Obligado y Mariano Moreno de 9 de Julio (Ciudad Nueva). Comenzó el programa con la procesión pasadas las 16.30 horas, para luego continuar con la misa en la Capilla.

Después, llegó el momento de compartir un chocolate, ante una numerosa concurrencia con alumnos de establecimientos educativos y demás niños y adultos de la zona de influencia del barrio y vecinos de distintos sectores de la comunidad. Por último llegó el momento esperado de la «fogata», con la quema de muñecos en calle Obligado pasadas las 18.30 horas.

Encabezó la ceremonia el Obispo diocesano Martín de Elizalde, con la participación de Carlos Tiberi, el Padre Enrique Bardudo, el Padre Guillermo Gómez. En la misa, el Obispo no sólo destacó la misión de los santos reconocidos por la Iglesia (como Pedro y Pablo) y también de quienes hacen el bien, junto a Dios, en silencio o en el anonimato. «Están también los santos que son padres de familia, que dan su vida corriente con su trabajo, ocupándose de su hogar, que se sacrificaron ellos por los demás», sostuvo De Elizalde.

La festividad de San Pedro y San Pablo

Cada 29 de junio, después de haber recolectado y acarreado durante semanas toda clase de elementos combustibles, llega el momento culminante: los pibes de cada barrio encienden sus «fogaratas».

No se trata de simples fogatas, como las que hacen quienes están de campamento, o cualquiera que quiere quemar hojas o simplemente entrar en calor. La «fogarata» es un rito religioso y conserva ese carácter aún cuando quienes la preparan, la encienden y la disfrutan en esa noche mágica, ignoren lo que en ese día se conmemora y celebra.

Para los cristianos, el 29 de junio es la fiesta de San Pedro y San Pablo, el primer Papa y el gran Apóstol de los Gentiles. Según la tradición, ambos fueron ejecutados alrededor del año 67, por orden de Nerón. Pedro fue crucificado cabeza abajo según su deseo, por considerarse indigno morir como su maestro. Pablo fue conducido a Ostia, y allí fue decapitado.

Ahora bien, en la religiosidad popular, los elementos de la naturaleza (el agua, el árbol, las flores, el fuego), son signos de otra realidad trascendente e inefable. El simbo- lismo del fuego –concretamente- tiene siempre un trasfondo religioso, expiar los males, ahuyenta los malos espíritus, conmemora acontecimientos sagrados.

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