Por Eduardo Gallo Llorente
De la muerte del fiscal lo único seguro es que murió de un disparo en la sien.
Quien apretó el gatillo por ahora no se sabe y la mayoría de la ciudadanía tiene muy pocas expectativas de que algún día se sepa. Son muchos los asesinatos mafiosos y las muertes dudosas en los últimos 20 años que han quedado sin resolver, especialmente durante el menemismo. El ciudadano de a pie no cree en el Poder Ejecutivo ni en la Justicia y tiene muchas razones para ello.
Las pocas certezas que tenemos hoy son:
Que el gobierno tiene amigos, socios y/o representantes extraoficiales violentos como el piquetero Luis D´Elia y el jefe de la agrupación troskista Quebracho, Fernando Esteche que cada vez que marcha por la ciudad destruye lo que encuentra a su paso, muchas veces ante la mirada indiferente de la policía. En los últimos días, por las escuchas que se dieron a conocer, se supo que actuaron en nombre del gobierno argentino en negociaciones con el gobierno iraní, sospechado de haber organizado y perpetrado el ataque a la AMIA. También habría que preguntarle a D´Elia quién le dio los $25.000 que le pagó a la barra brava de All Boys para participar de un acto político.
Que el canciller Héctor Timmerman convenció a Cristina y al gobierno sobre la necesidad de firmar el Memorandum de Entendimiento con los iraníes que fue totalmente inútil.
Que la Ministra de Seguridad, Cecilia Rodriguez, una total desconocida, no pudo garantizar la seguridad del Fiscal Nisman y los custodios actuaron con mucha irresponsabilidad y falta de profesionalismo.
Que la mayoría de los ciudadanos estamos más temerosos desde el lunes y ni que hablar de los jueces y fiscales federales que parecen jugarse el pellejo todos los días.
Que el gobierno de Cristina ha quedado debilitado y que ella no ha actuado a la altura de las circunstancias, no ha hablado por cadena nacional como tantas otras veces lo ha hecho por motivos menores, ni expresado sus condolencias a familiares y amigos. Ha actuado en forma infantil al dar a conocer dos cartas por Facebook con numerosas referencias personales y que han sido objeto de muchas críticas de toda la oposición.
Que a pesar de estar muerto, el gobierno quiere ensuciar al Fiscal Nisman, que para nada tenía el perfil de un suicida. Investigó durante muchos años con mucho tesón y estaba a punto de ampliar su denuncia contra el gobierno en el Congreso. El Poder Ejecutivo afirma que el Fiscal puede haber sido víctima de una interna de los Servicios de Inteligencia y la Presidenta acusa al ex jefe de dicho servicio, Ingeniero Stiusso, de haber participado en el hecho, a pesar de no contar con las pruebas necesarias. Sí estamos seguros que la figura del Fiscal se ha agrandado con su muerte y como dice la calle “tenés que estar muerto para que te crean”
Al gobierno, y a Cristina en particular, no le hace ningún favor que alguien que la denunciara públicamente en los medios, a los pocos días y a punto de ampliar su denuncia aparezca muerto. Los fiscales representan los intereses generales de la sociedad, por eso la Procuradora Gils Carbó que aparentemente quería remover al Fiscal Nisman, está tratando de nombrar nuevos fiscales afines al gobierno y muchos piensan que es para cubrir la retirada.
A pesar de todos estos acontecimientos pienso, como el Papa Francisco, que Cristina debe terminar su mandato y dedicarse a cuidar a su nieto en el sur para no entorpecer al futuro gobierno.
24 de enero de 2015