Es una de las tres enfermedades más frecuentes detectadas en los estudios prenupciales. Además, se detectaron casos en un programa preventivo realizado en hospitales públicos. La actuación preventiva y la realización de controles, claves para afrontar esta enfermedad.
Actúa con sigilo y daña por dentro. Las consecuencias no se advierten y por eso es más peligrosa. La Hepatitis “C” tiene todas las características de “enfermedad silenciosa” y por eso resultan más relevantes las campañas públicas, las acciones preventivas y la concientización social.
Algunos datos revelan el alcance que tiene la hepatitis C entre los bonaerenses. Constituye la tercera enfermedad detectada por los exámenes pre-nupciales, obligatorios en la provincia de Buenos Aires. De acuerdo con las estadísticas oficiales ocupa el podio junto con la sífilis y la blenorragia, si se analizan los resultados de todas las pruebas que se realizan las casi 45 mil parejas que cada año pasan por el Registro Civil en la Provincia.
El ministerio de Salud de la Provincia acercó otro registro: junto con la Fundación Icalma realizó entre abril y mayo de este año una campaña de detección temprana de la hepatitis C. En total se testeó en forma gratuita a 1.500 personas en nueve centros públicos y el resultado fue que se detectaron 21 casos de esta enfermedad (un 1,4%) que luego fueron incluidos en el programa provincial de “VIH-Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)”, que distribuye los medicamentos antirretrovirales (a cargo del Estado nacional) a las personas que conviven con esa enfermedad en territorio bonaerense y carecen de cobertura de obra social.
Se estima que en Argentina hay unos 500 mil infectados por hepatitis B y C, pero sólo unos 20 mil tienen diagnóstico y apenas 5 mil están bajo tratamiento, lo que significa que la gran mayoría no sabe que tiene la enfermedad. Para la hepatitis B hoy existe una vacuna incorporada al calendario nacional, no ocurre lo mismo con la C, para la cual aún no existe inmunización.
“Todos los esfuerzos oficiales están focalizados en llamar la atención sobre esta enfermedad viral que, pese a ser asintomática hasta etapas avanzadas, puede desencadenar cirrosis, cáncer hepático y la necesidad de un trasplante”, advirtió el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia.
El funcionario agregó que “en la mayor parte de los casos no da síntomas, es peligrosamente silenciosa y recién se manifiesta cuando el hígado está severamente afectado. Por eso el diagnóstico temprano es clave para iniciar un tratamiento y evitar llegar a las etapas más graves de la enfermedad”.
En abril de 2011 el Gobierno de la Provincia incorporó el diagnóstico, seguimiento y atención clínica de las hepatitis virales a su programa de VIH-Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), que distribuye los medicamentos antirretrovirales (a cargo del Estado nacional) a las personas que conviven con esa enfermedad en territorio bonaerense y carecen de cobertura de obra social.
Los test se efectuaron en los hospitales San Martín y Rossi de La Plata, Hospital Mi Pueblo de Florencio Varela, Adolfo Ducos de Pigüé, Alende de Mar del Plata, en el Instituto Biológico Tomás Perón y en el Centro de Asesoramiento y Testeo de Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP.
Los especialistas de la dirección provincial de Atención Primaria del ministerio de Salud, quienes estuvieron a cargo de la campaña con el Programa de VIH-Sida y Hepatitis Virales, precisaron que la hepatitis C se contagia a través de la sangre, y las causas de infección más comunes son las prácticas de inyección poco seguras, así como también el contacto sexual sin preservativo, aunque esta última es una vía mucho menos frecuente.
Entre los casos analizados en la campaña, “las principales vías de contagio por orden de frecuencia resultaron: el uso de drogas endovenosas y las transfusiones de sangre efectuadas antes de 1990 -cuando no se controlaban las hepatitis-, también detectamos casos como consecuencia de accidentes laborales o tatuajes hechos con agujas contaminadas”, detalló Sonia Quiruelas, coordinadora del Programa de VIH-Sida y Hepatitis Virales del ministerio de Salud.
Hace un año, el ministerio de Salud impulsó otra acción con el objetivo de prevención: junto a la Universidad Nacional de La Plata abrieron el Centro de Testeo y Asesoramiento de VIH-Sífilis y Hepatitis virales, que funciona en el Laboratorio de Salud de la facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, en calle 50 y 116. Allí los estudiantes pueden realizarse todas las pruebas diagnósticas en forma gratuita, anónima y confidencial y recibir asesoramiento sobre enfermedades de transmisión sexual. El espacio fue creado a partir de las políticas en territorio que lleva adelante el gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Los análisis de detección del VIH por iniciativa del ministerio de Salud provincial ya se hicieron en las universidades nacionales de La Plata, Avellaneda, Quilmes, Moreno, Lanús, Ezeiza y Mar del Plata, donde los alumnos reciben cobertura del Seguro Público de Salud.
Pero además, el programa de VIH-Sida y Hepatitis Virales realiza junto con la dirección Provincial de Salud Penitenciaria, testeos y asesoramientos permanentes en las 56 unidades penitenciarias de la Provincia, para resguardar la salud de la población carcelaria a través de la prevención, promoción, atención y tratamiento de la salud.