Stevia Rebaudiana Bertoni o ‘’Hierba dulce’’, como la llaman los guaraníes, debe su nombre al botánico español Pedro Jaime Esteve, quién la descubrió en Paraguay, donde hace siglos se utiliza para endulzar los alimentos.
La Stevia no afecta los niveles de azúcar en sangre, por el contrario, no contiene hidratos de carbono, lo cual se recomienda para pacientes diabéticos. Ayuda a controlar el peso corporal, ya que no aporta calorías, y también se le confiere propiedades para proteger la salud bucal, controlar la presión arterial, tiene efectos vasodilatador y diurético. Algunos de estos beneficios también los han tenido otros edulcorantes artificiales bajos en calorías que han estado en el mercado durante años, como la sacarina y el aspartamo. Pero la diferencia de la Stevia, radica en que ésta es un recurso natural. Esto no quita que sea procesada hasta que llega a nuestra mesa. La extracción de la planta Stevia tiene un proceso similar al del azúcar. Éste consiste en remojar las hojas secas, como si fuera té, y luego separar o purificar los mejores compuestos de sabor dulce, que se conocen como glucósidos de esteviol, los cuales permanecen intactos y químicamente sin cambios a través de todo el proceso. Estos extractos concentrados son 300 veces más dulces que el azúcar común. Una taza de azúcar equivale a 2 cucharadas de la hierba fresca o a ¼ de cucharadita del polvo de extracto.
Los análisis toxicológicos confirmaron que esta sustancia edulcorante no es cancerígena ni genotóxica (alteradora del material genético). Sin embargo, se desconocen los efectos de su consumo a largo plazo, como por ejemplo si estos compuestos afectan las hormonas que alteran la función cerebral. Es decir, que cada vez que se consume un edulcorante se engaña al cerebro, quien prepara al cuerpo para recibir azúcar que nunca llega.
La OMS establece una ingesta máxima diaria de 4 mg/kg de peso corporal.
Entre el 2008 y 2012 ha habido un aumento de 400% de productos con Stevia. Pero al igual que los edulcorantes artificiales, como sucralosa y aspartamo, cuando aparecieron por primera vez en el mercado, tenían un distintivo regusto. El público de los alimentos es muy conservador, y cuesta readaptar el paladar a un sabor nuevo. Sin embargo, no es un producto nuevo: Los guaraníes la consumen desde hace 1000 años. Japón hace más de 40 que la produce comercialmente, Estados Unidos la aprobó en 2008 y La Unión Europea recién en el 2011. En nuestro país, el cultivo del ‘’oro verde’’ paraguayo cobrará un nuevo impulso, ya que el gobierno promulgó la ley que declara de interés nacional la promoción, fomento, desarrollo de la producción, comercialización e investigación de la Stevia.
Sofía Villarrica
Lic. en nutrición
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