Esa situación -indicó el Panorama de Commodities del BCRA- seguirá “configurando un escenario de amplia disponibilidad global de granos y elevada competencia entre los principales exportadores”.
También, añade, incidirá sobre las cotizaciones la magnitud del desplazamiento del área sembrada con soja hacia maíz en los Estados Unidos, de cara a la campaña 2016/17, de acuerdo con las estimaciones preliminares del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos).
El panorama del Banco Central añade que, desde la perspectiva de la demanda, la evolución de las compras provenientes de China continuará incidiendo sobre los precios del maíz.
Además, “la reactivación de la demanda para uso forrajero y, en menor medida, su procesamiento para producción de etanol en los Estados Unidos, se constituye como un potencial factor que podría dinamizar el precio del cereal en los próximos meses”.
Según el Panorama de Commodities, “en el mediano plazo podría verificarse una mayor demanda argentina de soja para uso industrial, debido a que recientemente se quitaron las restricciones a la importación y que el país cuenta con una capacidad excedente de procesamiento”.
No obstante, estos desarrollos “no se verían reflejados en el corto plazo, dada la debilidad de la demanda global de derivados de la oleaginosa y los elevados inventarios con los que cuenta la Argentina en la actualidad”.
Para el trigo, en tanto, una depreciación relativa adicional del euro contra el dólar podría configurar un escenario de mayor competencia entre los destinos de exportación norteamericanos y europeos.
El informe consigna, por otra parte, que analistas especializados sostienen que el fenómeno climático “El Niño” continuará afectando principalmente a las regiones productoras de Asia, y en menor medida en Sudamérica.
En este sentido, el Índice Oceánico -que se calcula como un promedio móvil de los últimos tres meses- verificó en enero un nuevo aumento, superó en intensidad al fenómeno ocurrido en 2009 y alcanzó niveles similares a los del evento de 1997.
Los cultivos de palma y de canola serían los más afectados, y pueden impactar sobre los valores de los principales granos a través de los mercados de sus derivados, utilizados para la producción de aceites y biocombustibles, en un marco de fortaleza de la demanda asiática de aceites vegetales.
En este contexto, para los próximos meses las cotizaciones de los contratos a futuro sobre los principales granos anticipan leves incrementos en los precios, y hasta la segunda semana de febrero registraban una volatilidad implícita menor a la observada un mes atrás.