[13 de diciembre de 2010] Ni el local Agustín Alvarez ni San Agustín mostraron ideas para llevarse un triunfo, en estas semifinales del Torneo Interligas. Lo muy bueno que habían hecho en partidos anteriores se diluyó, y dio paso a la lucha, las imprecisiones y el aburrimiento para el espectador. Para dos equipos que en este torneo se han caracterizado por la potencia ofensiva, que recién a los 16 minutos se pueda contar la primera situación, y que sea un cabezazo de Ramírez fácilmente controlado por Fons, demuestra una clara distancia de performances anteriores.
Pasada la media hora de juego, Zapatielo se fue expulsado por doble amonestación por el árbitro Morales, que ya había tenido algunos errores, exasperando sobre todo a la parcialidad roja.
Un jugador de más era una oportunidad para San Agustín, pero no lo supo aprovechar. Cortés y Cabada tenían mucha voluntad pero poca claridad, y Peluso corría a los defensores locales en soledad, a veces recurriendo a la infracción. El resto del equipo no lograba abastecer a los delanteros.
La única jugada de verdadero riesgo de este primer tiempo estuvo en los pies de Bossio, que arrancó una jugada individual desde la izquierda hacia el área, combinó muy bien con un compañero y sacó un disparo que el buen arquero Fons desvió a duras penas contra el palo.
El segundo tiempo comenzó con una jugada polémica: falta contra Delamer, sancionada por Morales, pero el árbitro expulsó al volante de Agustín Alvarez, en una decisión incomprensible para quienes no estaban dentro de la cancha. Quizá fue un exceso verbal, o una mala reacción de Delamer, o quizá otro grueso error arbitral. Lo cierto es que el partido continuó, con muchos nervios y bastante tensión.
Mientras tanto, el fútbol brillaba por su ausencia. Bossio mandó un tiro libre a la red, pero Morales no convalidó, alegando que aún no se había formado la barrera. Este tipo de jugadas son difíciles de interpretar, ya que dependen de si se pide o no barrera. Lo concreto es que fue otra jugada polémica.
En el otro arco, a los 17’, logró acercarse por primera vez San Agustín, mediante Peluso, que no pudo definir bien. No aprovechaba sus dos hombres de más San Agustín, cuyos jugadores estaban demasiado estáticos en el campo de juego como para hacer uso de los espacios obligados que dejaba su rival. Ni el ingreso de Cañas y Perrotta cambió esta realidad, a pesar de la mayor claridad que le dieron al equipo.
Rojas complicó a Fons con un remate de media distancia, y Peluso se fue solo contra Torres, dejando su definición en el palo gracias a la gran intervención del arquero, en las dos mejores jugadas de esta etapa.
Iban 29’, y el conjunto de Porta entraba en la desesperación de llevarse una victoria. Y fue, sin claridad pero con empuje, ante un oponente bien parado atrás. Cortés estuvo cerca de un palo, y Peluso otra vez se encontró con la resistencia de Torres, tras una habilitación de Perrotta.
De contragolpe, el ingresado Joglar de cabeza inquietó a Fons, con un centro que cruzó todo el arco. Y Cortés quemó el último cartucho a los 48’, robando el balón cerca del área, pero desperdiciando su mejor chance con un alto remate bajo el arco, cuando estaba solo Perrotta para definir.
Agustín Alvarez festejó como un triunfo este empate, porque lo tuvo que aguantar, con dos menos, y supo hacerlo. San Agustín se quedó con la amargura de no haber sabido aprovechar su ventaja numérica, pero viéndolo fríamente, el resultado no es nada malo para el granate. Está abierto para los dos, en esta semifinal de Interligas cien por ciento nuevejuliense.