La Argentina así no es viable

Ferrobaires es la empresa ferroviaria de la provincia de Buenos Aires. Hace un mes aproximadamente, a raíz de un accidente entre dos formaciones en la estación Rawson del partido de Chacabuco, la Gobernadora María Eugenia Vidal suspendió los servicios ferroviarios de pasajeros en todos los corredores. La mayoría de estos servicios funcionaban en condiciones deficientes, en especial en cuanto al cumplimiento de los horarios, la duración de los viajes y la frecuente suspensión de servicios. Ahora la Gobernadora propone que la Nación se haga cargo de los trenes provinciales.
Hace un año que los servicios de pasajeros no llegan a 9 de Julio debido a la rotura de dos puentes, uno de los cuales está en reparación. Previamente demoraba más de seis horas en recorrer 260 km, eso sí, los pasajes eran muy económicos.
Hoy en la República está en discusión el nivel de las tarifas de gas y electricidad. De las tarifas de los ferrocarriles no se habla por dos motivos son muy económicos y  han casi dejado de funcionar por la destrucción del material rodante y las vías durante la “década ganada” y anteriormente. Este es el mejor ejemplo de que cuando algo es muy barato, casi regalado, sumado a la falta de gestión y control del material rodante, todo poco a poco, se va deteriorando. Cada vez el servicio funciona peor y los riesgos de accidentes crecen, como sucedió en numerosos accidentes. El informe televisivo de Lanata del último domingo sobre Ferrobaires mostraba en los talleres y playones de Mechita, las condiciones lamentables de vagones y locomotoras donde se veían muchos de ellos en estado de total abandono, o prácticamente chatarra. Se hacía referencia a la falta de material rodante que tiene dicha empresa, al robo o faltante de vagones y locomotoras. Algunos de ellos eran los que Jaime y De Vido importaron de España y Portugal. Sin embargo, este último siempre dijo que no sabía nada de este tema. Es increíble como De Vido y Cristina se quieren desvincular de todos los temas de corrupción que involucraron a Jaime, López y Baez, nos quieren hacer creer que ellos actuaban como organismos o entes autónomos y que prácticamente los dos primeros no formaban parte del gobierno nacional.
Es llamativo como algunos militantes kirchneristas aceptan estas explicaciones y desvinculan  a Cristina y De Vido de todos los casos de corrupción y casi todos los días algún dirigente de este sector dice que pone las manos en el fuego por Cristina. ¿Son tontos, ciegos o militantes pagos? La ideología ciega a las personas o por lo menos nubla su entendimiento y casi todos no queremos ver muy a menudo lo evidente, cuando no nos gusta por distintos motivos.  El informe televisivo  comentaba que la empresa Ferrobaires tiene 2700 empleados, de los cuales  aproximadamente 2000 son ñoquis heredados de la gestión Scioli, y que la mayoría de ellos eran punteros politicos de la zona sur del conurbano.  Por eso y por mucho más, pienso que la Argentina así no es viable.
Hoy recuerdo y quiero compartir dos anécdotas relacionadas a los ferrocarriles. La primera me sucedió alrededor de 1987-1988. Quería despachar una encomienda desde la estación Once a 9 de Julio, me presento en la oficina correspondiente y me ofrecen los servicios de una empresa privada que usando toda la estructura ferroviaria y cobrando una tarifa similar prestaba un servicio en competencia desleal con el ferrocarril. Fue tanta la contra que me hicieron para que no despachara la encomienda por el servicio oficial ferroviario que terminé enviándolo por la vía alternativa. Me decían que si utilizaba el servicio oficial se iba a perder la encomienda y no me garantizaban la fecha de llegada. Me fui masticando bronca y pensando que en cierta forma había sido cómplice de la corrupción.  A los pocos años Menem privatizó o concesionó los trenes suburbanos y prácticamente cerró la mayoría de los ramales en el resto del país dejando morir a muchas poblaciones medianas y pequeñas.
La otra anécdota que recuerdo en este momento, me sucedió en el campo El Sauce en La Niña, durante la última  cosecha gruesa. Era  de noche había dos camiones locales esperando carga en la esquina de un lote. Los transportistas me invitaron a la cabina del camión a compartir unos mates. Comenzaron a conversar entre ellos que pronto en un mes o dos estarían casi parados hasta la próxima campaña. Uno de ellos afirmaba y el otro asentía,  nuestro enemigo es el ferrocarril que puede cobrar tarifas más económicas. No estaba de acuerdo con ellos pero por supuesto al estar en su camión, en su terreno, no quería entablar una discusión sobre los beneficios para toda la sociedad del transporte ferroviario para largas distancias.
En línea con todo esto, mientras escribo escucho la noticia que la justicia suspendió el aumento del subte, los porteños principalmente pero  todos los argentinos  queremos subtes con mayores frecuencias, limpios, modernos, con aire acondicionado y baratos y en general de este modo, todos los servicios públicos. Pero todo  esto no se puede  simultáneamente. Nos acostumbraron mal los últimos doce años. Por esto y por mucho más digo que la Argentina es un país inviable.