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Horacio Delgado destaca la relevancia de la visita de Dilma Rouseff a la Argentina

[7 de febrero de 2011] “El acuerdo de promoción comercial conjunta con Brasil permitirá fomentar el crecimiento de las exportaciones con alto valor agregado hacia terceros mercados”

La visita de la flamante Presidenta del Brasil, Dilma Rouseff a la Argentina, distinguiéndonos como el primer destino internacional, a tan sólo un mes de su asunción a la Primera Magistratura del vecino país, no hace más que ratificar el rumbo integracionista del Cono Sur, liderado conjuntamente por Brasil y Argentina, fortaleciendo y dando continuidad al proceso que iniciaran Néstor Kirchner y Lula Da Silva.

No es un dato menor que ambas presidentas, tanto Dilma como Cristina Kirchner, hayan revalidado la vigencia del MERCOSUR como eje en materia de integración económica y comercial, priorizando un acuerdo que avance hacia la consolidación de un mercado sudamericano integrado, complementario y competitivo en la estrategia de inserción de la producción con destino a terceros países.

En este sentido, es importante destacar la creación del “Foro de Empresarios Argentina-Brasil”, que intenta fortalecer la tarea de las entidades intermedias y el rol de las pymes en este proceso conjunto, que profundiza mecanismos para comprometer también con la integración a los actores privados.

El acuerdo en la promoción comercial conjunta, permitirá fomentar el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios con un alto valor agregado hacia terceros mercados y otros bloques económicos, tal el caso de la Unión Europea, el NAFTA o los países del Sudeste Asiático, que no sólo traccionan sobre la demanda de bienes primarios, sino que se van abriendo oportunidades comerciales crecientes para la inserción de productos industrializados, y en este sentido complementar la oferta exportable conjunta de Brasil y la Argentina ofrece al mundo un abanico de opciones que potencian la estrategia de inserción comercial de cada uno de nuestros países.

Asimismo el acuerdo con Brasil, plantea una política que hace foco en la cooperación para la producción y el uso de energías alternativas, tal el caso de los biocombustibles, un sector en el cual hemos incursionado desde el ámbito legislativo, proyectándolo dentro de las actividades prioritarias para cualquier plan estratégico, inserto en regiones con preeminencia agropecuaria como lo es 9 de Julio.

Evidentemente esta actitud de ambas mandatarias de seguir apostando a la integración regional de América Latina, optando por fortalecer el MERCOSUR desde un plano más economicista y de mercadotecnia, pero sin obviar el objetivo político de fortalecer al maximo la UNASUR, como foro sudamericano de los temas que hacen al interés de la geopolítica, lo cual nos permite hacer un análisis certero de que nuestra América Latina, ha iniciado un verdadero y continuado proceso de unidad y de coordinación, que va dejando atrás décadas de sumisión política, vinculada a la posición dominante de las potencias mundiales, que a través de las metas impuestas indirectamente, por medio de los organismos financieros internacionales o alentando golpes de Estado y la intervención militar en los gobiernos, socavaron el proceso de integración genuino que desde mitad del siglo pasado se vino intentando plasmar en esta parte del Cono Sur.

Hoy la soberanía política que compartimos y consensuamos con nuestras naciones vecinas, la libertad económica que brinda un proyecto nacional que postula sin condicionamientos externos la producción y un proceso de reindustrialización, llevan a acercarnos cada día más al principio de justicia social, que junto con los dos conceptos anteriores, conforman la tríada que perseguía, anhelaba e impulsaba el General Juan Domingo Perón.

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