Un estudio fonoaudiológico de la Universidad Nacional de La Plata determinó que el 24,4 por ciento de los adolescentes que asisten a tres de los colegios de esta casa de estudios no respiran correctamente (lo hacen de modo bucal/mixto) lo que provoca otras complicaciones que afectan su calidad de vida.
El relevamiento realizado por la Dirección de Políticas de Salud Estudiantil abarcó encuestas y exámenes fonoaudiológicos a 10.696 estudiantes secundarios y reveló también que el 13 por ciento de los consultados tiene dislalias o taquilalias; el 8,14 de los chicos realiza “deglución atípica” y más del 6 por ciento tiene deficiencias en la voz. Además, la mitad de los chicos evaluados tiene algún trastorno del habla, auditivo o para deglutir. Es un trabajo que se realiza en todo el sistema pre universitario, desde hace más de 10 años.
Con el objetivo de detectar trastornos o disfun- ciones del habla y la voz, y de consignar aquellos problemas auditivos que afecten a los alumnos de los colegios secundarios dependientes de la UNLP, se comenzaron a realizar controles fonoaudiológi- cos en el año 2002. “Es fundamental la tarea preventiva para actuar a tiempo y evitar consecuencias en la salud de los jóvenes. Los controles y el tratamiento realizado en el momento oportuno son fundamentales para lograr este objetivo”, señalaron desde la dirección de Salud.
En el Colegio de Fonoau- diólogos de La Plata coinciden con esa mirada. Por eso, la Comisión de Audiología de esa entidad ha realizado releva- mientos y clases informativas en el Bachillerato, entre otros establecimientos secundarios. «La presencia del profesional fonoaudiológico en la etapa educativa es clave para evitar secuelas», aseguró la presidente del Colegio, Alejandra Morchón.
Hace 14 años el relevamiento comenzó con todo el alumnado del “Liceo Víctor Mercante” y del “Bachillerato de Bellas Artes”. “Desde ese momento, a los alumnos a los que se les encontró alguna patología fonoau- diológica se los derivó a través de notas que debían ser devueltas con la firma de los padres o tutores y que se dejaban en los legajos de cada alumno”, explicó la fonoaudió- loga Valeria Albi, a cargo del relevamiento. Al año siguiente, se controló a todo el alumnado del Colegio Nacional “Rafael Hernández”. Durante ese mismo año, se continuó en el Liceo y en el Bachillerat