La condición secreta impuesta al gobierno de Mauricio Macri por parte del poderoso Banco JP Morgan para financiar el pago express a los fondos buitres, fue más que duplicar el precio de boca de pozo del gas natural. Razón por la cual, la ley en favor de la usura internacional y la resolución del tarifazo, fueron tramitadas y publicadas el mismo día en el Boletín Oficial.
De ese modo, Macri aumentó groseramente la tasa de ganancias a cuatro multinacionales, que con YPF son los principales productores de gas en Argentina. Y de las que el JP Morgan es sponsor y agente mundial de sus instrumentos financieros.
Por ello el empecinamiento del Presidente, de sostener el megatarifazo, pese a la resistencia de los usuarios, para cumplir aquel pacto, junto con la pronta devaluación, la liberación del mercado de cambio y la habilitación de una nueva bicicleta financiera.
Esto evidencia nuevamente las fatídicas “condicionali- dades” que acarrean la deudas externas asumidas por gobiernos que defienden otros intereses que los nacionales y populares. Cuestión que comenzó en 1824 cuando el Presidente Rivadavia, contrajera con la Banca Baring Brothers una deuda por un millón de libras esterlinas, de las que llegaron sólo 570.000, y la mayoría en letras de cambio sobre comercios porteños, propiedad de quienes negociaron el empréstito. Como garantía tuvo que hipotecar la tierra pública bonaerense. Además, los recursos no fueron a los fines previstos. Pagaron gastos improductivos como importación de armas y manufacturas inglesas, déficit fiscal y la guerra con el Brasil. Para 1904, cuando se canceló, la Argentina había abonado siete veces la suma adeudada.
Poco después de concedido el empréstito, Rivadavia y el canciller británico Canning certifican el Tratado de Libre Comercio y Amistad, como requisito imperial para reconocer nuestra independencia. Así se sella el destino de las Provincias Unidas del Río de la Plata, como quería la burguesía portuaria y la oligarquía bonaerense: territorio vasallo, tributario y dependiente del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que nos impuso como Nación, ser proveedor de materias primas y comprador de manufacturas.
Macri en un año de gobierno, ha colocado al país ante un futuro de mayor ajuste y pobreza, pérdida de soberanía política, claudicante independencia económica, creciente inestabilidad social, expoliación de recursos naturales, reprimarización de la economía y nuevo default de la deuda externa. Macri la incrementó en solo un año, más del 40 % en relación al PBI, para financiar creciente fuga de capitales, remesas de ganancias de las multinacionales, mayor déficit fiscal y ascendentes gastos corrientes.
Luego de 200 años, si pensamos a Macri en lugar de Rivadavia (Bernardino) y a los Asustados Unidos y sus corporaciones en el sitio de Gran Bretaña, volvemos a repetir aciagas experiencias que deja nuestra historia nacional, con políticas que someten a penurias, el buen vivir personal y colectivo, de las futuras generaciones de argentinos.
Miguel Mingote