Por Héctor José Iaconis
Esta fotografía de mediados de la década de 1910, registra una procesión que parte desde la Parroquia “Santo Domingo de Guzmán” (hoy Catedral). Originalmente, a la misma, cuando se la catalogó en el archivo de origen se la había identificado como una procesión realizada con motivo de las fiestas patronales de la parroquia. En rigor ese dato no sería correcto.
- FORMATO Y AUTOR
La copia de la cual dependemos para estudiar esta imagen es una impresión fotográfica en gelatina de plata. La imagen está montada sobre cartón. Ha sido impresa sobre papel especial en cuya base se encuentra una capa blanca compuesta por sulfato de bario suspendido en gelatina. El aglutinante de gelatina posee partículas de plata y otra capa ultradelgada exterior también de gelatina endurecida actúa como revestimiento o protección de la imagen impresa.
El autor de la misma es un fotógrafo no identificado perteneciente al estudio Adobato.
- EL CONTEXTO
Se trata de una procesión en honor de San Antonio de Padua, realizada con motivo de la festividad de este santo que, en la comunidad, contaba con muchos devotos.
La toma registra el momento en que la imagen del Santo es retirada del templo para el acto procesional. El cura párroco, José María Argüelles, vestido con sobrepelliz y capa pluvial, sostiene lo que aparenta ser un relicario con las reliquias del Santo.
Los estandartes que la presiden corresponden a la Asociación de San Antonio, una cofradía laical que pertenecía a la comunicad parroquial, integrada por algunos vecinos caracterizados, tales como don Juan Crosa, que aparece en primer plano y don Juan B. Baztarrica, productor agropecuario.
Los miembros de esta cofradía lucen una medalla (con forma de cruz), acuñada en aluminio, que los identificaba como tales. De estas medallas aún se conservan varios ejemplares.
Hacia la izquierda de la fotografía se observa parte de la banda de música del maestro Ubaldino Lafranconi que acompañaba, por lo general, las procesiones religiosas. El músico que se observa sosteniendo la tuba o bajo es el señor Scarpelli, de profesión carpintero, un personaje muy singular en su tiempo. Una buena parte de los músicos formados por Lafranconi fueron incorporados, hacia 1927, a la banda municipal creada por disposición del intendente Ramón N. Poratti.
- OTROS DETALLES
La excelente calidad de esta fotografía permite apreciar la fachada del templo parroquial, antes de la reforma de mediados de la década de 1930.
La inconfundible «verja de Doña Juana», cuyo nombre le fue impuesto por el vulgo, en honor de la dama que efectuó la donación del dinero para costear su construcción.
En un segundo plano, se advierte la portada principal de estilo ojival y las vidrieras laterales.
Esta es una de las pocas imágenes que se conservan donde se pueden apreciar las puertas laterales, una de ella de acceso a la casa parroquial (a la derecha). La puerta de la izquierda, que posee una cruz estampada sobre el dintel, es por la que escaparon (luego de permanecer ocultos unas horas en la parroquia), en 1924, los asesinos de Eugenio Rigamonti y Agustín Lucero (muertos en el recinto del Concejo Deliberante).