En diciembre de 2016 escribí una nota afirmando que la Argentina es un país inviable, donde ocho millones de personas trabajan en el sector privado formal para mantener a 20 millones que cobran un cheque del Estado. En los últimos 15 años los empleados públicos pasaron de dos a cuatro millones. La gente que recibe un plan pasó de 1 a 8,5 millones y los jubilados de 3,5 a 7 millones, muchos de ellos sin haber realizado ningún aporte. Afirmaba también en esa oportunidad que cada vez más el Estado debe aumentar los impuestos para mantener más salarios, jubilaciones y planes y esto ahoga a los sectores privados que cada vez deben pagar más impuestos y cargas sociales para mantener el súper aparato estatal. El kirchnerismo es en parte gran responsable de este sobredimensiona- miento del estado, pero todos los gobiernos en los últimos 70 años en mayor o menor han contribuido a esto. La Argentina es el país de toda América con más carga impositiva. Ya más no se pueden aumentar.
Cuando el Estado tenía un tamaño reducido, de 1870 a 1929, hace 100 años o más, la economía argentina crecía al 6 % anual y los salarios eran mayores que en toda Europa y el resto de América. Desde 1950 hasta la actualidad la economía ha crecido a un promedio del 2% anual. En este período nuestro país tuvo el más bajo crecimiento del continente americano.
Cuando asumió Macri no quiso dar malas noticias y blanquear la situación heredada. Apostó a una política gradualista y no a un ajuste severo de las cuentas públicas para reducir el abultado déficit fiscal. Lo único que hizo fue aumentar las tarifas y esto provocó un proyecto y protestas del kirchnerismo y la izquierda en contra del aumento.
Hoy vemos que el ajuste es imprescindible ya que los desequilibrios afloran por todas partes. El dólar aumentó 50% en los últimos 60 días. No pudieron parar la subida del dólar ni vendiendo 9.000 millones de las reservas. Mala praxis de Sturzeneger? Hoy todos sabían que el dólar estaba atrasado. En mayo por menores liquidaciones de exportaciones, viajes al exterior y los correspondientes pagos con tarjetas y por intereses de la deuda, se profundizó el déficit de las cuentas externas. El resultado fue negativo en u$s 2.299 millones. El déficit de cuenta corriente de los primeros cinco meses del año asciende a $8.401 millones. Las principales causas de este déficit son el abultado desbalance de la cuenta turismo, la sequía, y las pocas exportaciones que realizó nuestro país por el atraso cambiario. La Argentina necesita un dólar alto para promover las exportaciones, las inversiones y la repatriación de capitales de todos los argentinos y principalmente de los funcionarios del gobierno y achicar el estado, eliminar el déficit comercial y fiscal. Hace unos días se publicó en algunos diarios de Buenos Aires que los choferes del Banco Central cobraban $200.000 mensuales con la excusa de que debían estar a disposición todo el día. En la justicia hay personal de maestranza que gana más de $70.000 al mes. Estos son sólo algunos ejemplos de los desbalances que hay en nuestro estado. Debemos cambiar el rumbo económico o vamos camino a parecernos a Venezuela que importa más del 50% de los alimentos que consume. Exporta sólo petróleo y el 95% de las exportaciones venezolanas son bienes relacionados al petróleo. Actualmente importa alimentos como cacao, arroz, azúcar y maíz a pesar de tener las condiciones de suelo y clima para producirlos y que antiguamente exportaba.
Argentina es el único país que después de haber integrado por medio siglo el top ten de países del ranking mundial con mayor PBI per cápita perdió 40 puestos en los últimos 80 años. Algo hemos hecho mal evidentemente.
José Luis Espert relacionó la decadencia argentina con su negativa a practicar “el libre comercio” luego de la II Guerra Mundial. Recordó que antes de aquel luctuoso episodio las exportaciones argentinas representaban el 70% del PBI cuando hoy representan menos del 10% del producto. Afirma también que el gobierno de Macri es un kirchnerismo de buenos modales.
A la larga, un gasto público del 40% del PBI que genera una carga impositiva del 50% es insostenible. Hay que reducir el gasto, eliminar la corrupción, agregar valor y exportar más, en una palabra copiar a los países mas exitosos del mundo, no a Maduro y Venezuela.
En nuestro país todos queremos que el ajuste lo haga otro y que el Estado nos garantice no sólo seguridad, educación y salud sino también servicios gratis o casi gratis y viviendas para todos, inclusive las reclaman los extranjeros. Hace unos meses presencié el desalojo de familias peruanas de un edificio tomado, cerca del Congreso, cortaban las calles Solís y México y reclamaban que el gobierno de la ciudad les garantizara un lugar para vivir, quemando cubiertas, a los gritos y con carritos con bebes como escudos para que la policía no pudiera actuar.
En Rusia deportan a los que delinquen o realizan desmanes como lo hemos visto últimamente en el mundial; nosotros a los extranjeros, incluso a los que delinquen, les damos un plan o un subsidio, es lo que ha hecho el gobernador de Formosa Gildo Insfran, los últimos 15 años. Gobierna dicha provincia desde hace 23 años. Toda la economía en ese feudo gira alrededor del presupuesto del Estado. Por todo esto afirmo que la Argentina, bajo estos paradigmas es inviable, hay que cambiarlos.
Eduardo Gallo Llorente
30 de junio de 2018