Cristina hace todo lo posible por parecerse
a Lula pero está lejos de lograrlo
Lula y Cristina intentan volver al poder. Para este turno electoral el brasileño está fuera de carrera ya que renunció a ser candidato y Cristina todavía no aclaró si va a ser candidata o no en el 2019. CFK tiene varios procesos judiciales e innumerables causas abiertas en distintos estados procesales. Sin embargo, hoy es senadora con fueros que la protegen de ir presa. Lula no ha tenido la misma suerte ya que está preso en una cárcel VIP pero cárcel al fin.
A Cristina se le abre un imprevisible camino judicial y la seduce la idea de crearse una imagen lo más parecida a Lula tratando ambos de victimi- zarse y hacer una defensa mucho más política que técnica-jurídica. En los escritos de defensa, Ella prácticamente sólo habla de persecución política y de una conspiración internacional para encarcelar a los líderes populistas sudamericanos.
Lula tuvo un origen más humilde que Cristina, armó un partido desde lo social, se presentó cuatro veces a elecciones a presidente y perdió. Recién accedió a la presidencia en la quinta oportunidad. Cristina, según ella, una abogada exito- sa, diputada y senadora en varias oportunidades heredó el poder de su marido Néstor Kirchner y construyeron un imperio, primero en Rio Gallegos, luego en Santa Cruz y finalmente en todo el país, con plata negra de coimas y varios socios o testaferros.
Durante el gobierno de Lula no hubo persecución ni escraches por cadena nacional, buscó más el consenso y la negociación. Tampoco fue un defensor acérrimo del régimen chavista como fue el kirchnerismo.
La actitud frente a los productores agropecua- rios de Lula y Cristina fue totalmente distinta ya que el primero apoyó la producción y la exportación. Los alimentos en Brasil se abarataron y sacó a más de 50 millones de brasileños de la pobreza. Cristina se encontró con un agro en crecimiento pero lo vió como un enemigo y lo castigó de todas las maneras posibles. En especial con el tema de la famosa Resolución 125, cuando hablaba de los piquetes de la abundancia y otras fases similares. El campo se frenó, la producción de carne se estancó y caímos fuera de los 10 principales exportadores de este producto, su programa se basó solamente en el consumo no en la inversión y la producción, mientras el Brasil de Lula pasó a ser el número uno de exportación de carne y creció mucho la producción de leche, carne de cerdo y pollo. Consolidó su posición de número uno en café, jugo de naranja y azúcar de caña.
Brasil nos sacó una enorme ventaja en muchos rubros, reservas internacionales, índices de inflación y volumen de exportaciones. Fue designado para organizar los Juegos Olímpicos y el Campeonato Mundial de Futbol. Mientras tanto la Argentina de Cristina se aisló del mundo, en ocho años aumentó un millón de empleos públicos, cinco millones de jubilados sin aportes, déficit comercial y fiscal creciendo año a año, en una palabra una bomba a punto de explotar que recibió Macri.
Lula no puede ser candidato a pesar de que era hasta hace unos días el primero en las encuestas, es una ley que él mismo firmó, la de la “ficha limpia”. Nadie sabe hoy como va a terminar el proceso electoral en Brasil. En Argentina tampoco, pero falta más tiempo, un año. Cristina tiene a pesar de todos los procesos judiciales entre 25 y 30% de imagen positiva, muchos de sus seguidores piensan todavía que vivíamos en Disneylandia y la extrañan, que las tarifas de los servicios públicos las podíamos pagar entre el 10/25 % de su costo real y que se puede recibir una jubilación de arriba. Que el estado es un barril sin fondo y que a los contribuyentes se les pueden aumentar los impuestos progresivamente hasta ahogarlos. Macri ha caído a un porcentaje de aprobación similar al de Ella, pero a Ella hay un 60% del electorado que jamás le daría su voto en un eventual ballotage. A Macri no le va muy bien tampoco, la economía no está estabilizada y el dólar y la inflación son un dolor de cabeza para todos. La Argentina es el único país en el mundo que siendo rico se volvió pobre, pero cuando era rico gobernaban los conservadores. Esperemos que en algún momento seamos un país serio y confiable, no se si yo lo alcanzaré a ver pero la esperanza es lo último que se pierde.