Llega Semana Santa, y el pescado es uno de los platos más elegidos. Muchas personas lo consumen sin conocer sus principales propiedades, otras no lo consumen por el mismo motivo o por no agradarles su aroma y sabor. Este artículo ayuda a conocer las características del pescado y distintas formas de prepararlo para mejorar su aspecto y sabor.
CARACTERISTICAS:
– Es un alimento muy saludable y nutritivo para todas las edades.
– Se consigue una gran variedad especies, lo que da oportunidad de probar diferentes pescados y elegir los que más agraden.
– Se trata de un alimento con un contenido bajo en calorías.
– Sus proteínas son completas, es decir, contienen todos los aminoácidos esenciales necesarios para el desarrollo, crecimiento y mantenimiento corporal.
– El tipo de grasa que abunda en los pescados azules protege el corazón y las arterias.
– Diferentes componentes que contiene ayudan a prevenir trastornos diversos: articulares, óseos, bocio.
– En este alimento se encuentran todos los nutrientes implicados en el crecimiento y desarrollo: proteínas, ácidos grasos omega-3, calcio, hierro, zinc, yodo, vitaminas del grupo B, vitaminas A, D y E.
– Es un alimento fácil de digerir.
– Permite diferentes formas de prepararse en la cocina: plancha, horno, frito, vapor, microondas, budín, pizza, en bocadillo, en ensalada..
Sin embargo, hay personas que no les resulta apetecible. A continuación, algunos trucos para enfrentar diferentes inconvenientes con el pescado.
CUANDO EL PROBLEMA SON LAS ESPINAS. Si lo que no gusta son las espinas, conviene elegir piezas como lomos en lugar de rodajas o filetes. El lenguado, atún, bonito, perca o mero, son una buena elección, dado que no suelen presentar espina.
CUANDO SU OLOR O SABOR SON DEMASIADO FUERTES. El pescado azul posee un olor y sabor mucho más pronunciados que el blanco. No obstante, no hay por qué descartarlos. Existen trucos que pueden atenuar el sabor y olor del pescado azul para el agrado de todos los comensales.
– Conviene guardar el pescado limpio y eviscerado en un recipiente hermético en la heladera para evitar así que transmita su olor al resto de alimentos.
– Se pueden usar distintas técnicas y salsas que suavicen su sabor y olor, o los encubran levemente. Por ejemplo: emplear salsas (bechamel, mayonesa, rosa, etc). El rebozado y empanado pueden mejorar su aceptación. Por ejemplo: unas anchoas rebozadas y rellenas pueden tener más éxito que si se presentan fritas.
SU CONSISTENCIA ES MUY BLANDA. La consistencia blanda no es excusa para rechazar el pescado. Existe una gran variedad de especies con una textura más firme: el emperador, atún, bonito, salmón, bacalao, mero son algunos ejemplos disponibles en cualquier pescadería.
SÓLO COMO SI ES FRESCO. Siempre que se respete la cadena de frío, el pescado congelado tiene las mismas propiedades nutritivas que el fresco. La principal ventaja que presenta el congelado es que puede conservarse meses y utilizarse cuando se necesite, de modo que no es preciso ir a comprar tan seguido. Además, el pescado que se consigue a granel es más barato que el fresco y no suele presentar desperdicios, dado que suele estar preparado para que pueda cocinarse sin tener que limpiarlo.
EL PESCADO NO LLENA. El pescado es un alimento menos fibroso que la carne y su digestibilidad viene condicionada por su contenido graso (blanco, semigraso o azul), por su forma de preparación, cocción y acompañamientos (salsas y guarniciones). Por lo tanto, no se puede decir a priori que el pescado que no sacia.
ABURRE COMER SIEMPRE LO MISMO. Se tiende a elegir el mismo pescado y cocinarlo siempre igual, lo que puede resultar aburrido y provocar rechazo. Por eso conviene variar el tipo de pescado y las técnicas culinarias, lo que dará como resultado una dieta más equilibrada y apetecible. A modo de ejemplo, la merluza es un pescado con muchas posibilidades culinarias. Se puede saborear rebozada junto a una ensalada; al horno con papas; en salsa con legumbres; al horno sobre un fondo de zanahoria y cebolla gratinada; en pastel o croquetas.
Sofía Villarrica
Lic. en nutrición
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