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Nueve de Julio
domingo, noviembre 24, 2024

Aquellos pic nic de antaño

Por Nélida Spinetta de Secreto

Salgamos de paseo con los niños, jóvenes y los Adultos Mayores.

Año 1954. Festejo del Día de la Primavera en el Prado Español. Entre otros, aparecen en la imagen, Nélida Spinetta y Pedro Secreto (ya novios), Noemí Ibañez y Gladys Erbín.

A partir de septiembre, mes de flores, mes de alegría, en el que las plantas parecen estallar con su prestancia, todo es festejo. Hablando de festejo, por qué no mencionar estas fechas: el día del Maestro, el día del Profesor, el día de la Primavera, el día del Jubilado, etc., etc.
Al comentar y recordar tiempos pasados vienen a mi mente las flores que los alumnos llevaban a sus maestras, cultivadas por su mamá, por la abuela o por que no la vecina. Y si hablamos de picnic, cómo no mencionar los que cada año organizaban los docentes para que sus pequeños disfrutaran de la mejor manera posible de un día de recreación.
Mi niñez en el sur de Córdoba, estuvo signada por la pobreza, cuando el paso de la langosta y la sequía dejó en malas condiciones los campos. Pero ello no impidió  que la maestra organizaran el picnic tan ansiado por nosotros los pequeños.
Recuerdo que íbamos de a pié a una estancia cercana, “La Paz”. Llevábamos algo de comer, mucha alegría. No había recurso en mi casa, mi madre, por mencionar, en una oportunidad, nos dio 20 centavos para que compráramos en el almacén de al lado de la escuela, tres  porciones de queso y dulce de membrillo. ¡Qué alegría!.
En esa época los alimentos no se compraba, se cultivaban y se elaboraban.
OTROS PICNIC, LA MISMA ALEGRIA
Pasaron pocos años, vine a 9 de Julio. En la década del 50 ingresé para hacer el secundario en la Escuela Profesional Nº 1,  frente a la Plaza «General Belgrano».
Había pocos alumnos y buenos profesores. Todos trabajábamos, algunos en casa de familia, como yo; otros, cadetes en comercio, pocos empleados bancarios, pero el día de la primavera se celebraba con un picnic en el Prado Español,  el domingo siguiente al 21 de septiembre.
La vestimenta era de lo más insólita para nuestra época. Iban profesores y algunos de ellos de traje. Siempre me gustaron los picnic. Siendo alumna, a su vez, de la Escuena Nacional  de Comercio, frecuentábamos el predio de la Sociedad Rural. Allí, dentro de los corrales bajo quizás de una lluvia tenue, resultaba ser un hermoso día para festejar.
Pasaron los años, al egresar como maestra y Profesora de Inglés, mi tarea como docente fue propicia para salir de picnic, en 12 de octubre, con los alumnos de la Escuela Nº 22.
La comunidad nos apoyaba y, de esa manera, íbamos al campo de Esteban Marini, o «Santa María», o al campo deportivo del Club 12 de Octubre. Todos partíamos, hasta la portera Felisa Cifuni. 
Debo destacar como verá Ud. con la toma fotográfica de mi autoría que íbamos de guardapolvo. Todo era alegría,  momentos de cultivar la amistad,  como sucedía en la década del ’80 en la Escuela  Nº 52. Varias veces caminábamos hasta la Sociedad Rural, cargados de alimentos y alegría; otras veces hasta el predio de Centro de Empleados.
Los hermosos días de la primavera tenían el placer del encuentro, de la amistad y vaya si lo era. Recuerdo, asimismo, los asados  en el  Aero Club, organizado por distintas divisiones de la Escuela Nacional de Comercio, estaban coronado por el trabajo de algunos  profesores.
En homenaje a ellos menciono a Gladis Gala- ñena  de Marti, que tenía el cargo de asadora.
¡Que tiempos aquellos!

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