[27 de octubre de 2011]
Por Héctor José Iaconis.
El 27 de octubre de 1979 se realizaron en la ciudad de 9 de Julio los actos con motivo del aniversario de la fundación de 9 de Julio. En esa época, debido a la difusión apologética que el gobierno de facto, a nivel nacional, había dado a la Campaña al Desierto, ese año la celebración del aniversario de la fundación de 9 de Julio debía tener un relieve particular.
A comienzos de ese año surgió entre algunos vecinos de la ciudad el deseo de sepultar los restos mortales del fundador de 9 de Julio, general Julio de Vedia, en la Catedral de 9 de Julio.
Las autoridades municipales de entonces se dirigieron a los familiares de Vedia, radicados en la ciudad de Buenos Aires (Emilio de Vedia y Mitre y Carlos Molina y Vedia y sus familias), quienes en principio apoyaron la iniciativa. A partir de entonces fue elaborado un amplio programa de actos que tendría su finalización el 27 de octubre de 1979 con la entronización de la urna conteniendo los restos de Vedia en un mausoleo construido en la Catedral. Para formar una idea de la envergadura del programa que había sido trazado, cabe consignar que se hablaba de la presencia en la ciudad, para esa ocasión, del presidente de la Nación, Jorge R. Videla.
El 18 de septiembre de 1979, el intendente municipal de 9 de Julio designó oficialmente una “Comisión de Homenaje al General Julio de Vedia”.
Lo cierto es que, aún con todos los esfuerzos realizados, los restos de Julio de Vedia no pudieron ser hallados. Según las fuentes históricas, Vedia se hallaba sepultado en el Cementerio de la Recoleta, en el mausoleo de su yerno, Octavio Molina (ubicado en las sepulturas 5 y 6 del tablón nº 14, sección 13 “A”); pero, al momento de buscarlo, su cadáver no se encontraba allí.
Más tarde, fueron revisados otros sepulcros, de familias ligadas a la del fundador de 9 de Julio, tales como las de los generales Bartolomé y Emilio Mitre y de Felipe Caronti. Al mismo tiempo, la Dirección de Cementerios de Buenos Aires de entonces ordenó una intensa búsqueda en los registros de inhumaciones de 1892 hasta 1901, todo con resultado desfavorable.
Si bien los actos de octubre de 1979 se realizaron, no pudo llevarse a cabo el principal motivo de homenaje, que consistía en su retorno a “su 9 de Julio”.
Y LA BUSQUEDA CONTINUÓ…
A pesar de los resultados, no se perdió la esperanza de encontrarlos, y de ello da prueba que, aún cuando los actos de octubre de 1979 había transcurrido, se continuaba invirtiendo dinero en la construcción del mausoleo en las Catedral.
En la edición del 28 de julio de 1980, aparece un artículo breve que dice: “A fin de la semana pasada, el intendente municipal, Antonio J. Garabato, acompañado de los señores Mario de Vedia y Mitre y del escribano Jorge Fauzón, se trasladaron al Cementerio de la Recoleta con el propósito de retomar la búsqueda de los restos del fundador de 9 de Julio, Gral. Julio de Vedia”.
Los intentos que siguieron, para localizar esos restos, fueron infructuosos. Fue el doctor Angel Luis Zappa quien, desde comienzos de la década de 1980 hasta mediados de la década de 1990 procuró investigar el destino de los restos de Julio de Vedia.
El doctor Zappa fue, durante muchos años, colaborador de EL 9 DE JULIO, con interesantes artículos relacionados con la Política y la Historia; y, a través de la correspondencia, fue relatando cada paso que efectuaba en la búsqueda aludida. Si bien logró datos muy importante, no logró dilucidar acabadamente este recóndito tema.
Las investigaciones posteriores tampoco han echado luz al respecto. Algunos han sugerido la existencia de un mausoleo de San Isidro; otros, un traslado secreto a un cementerio de El Chaco y, no faltó quien habló de un cementerio en la Provincia de La Pampa. Tampoco estuvieron ausentes quienes ligaron la misteriosa desaparición del cadáver a un antiguo affaire amoroso.
Hasta hoy, el destino final de los restos del fundador de 9 de Julio continua siendo un enigma.