En todo medio de prensa escrito, existe un engranaje vital en la maquinaria de la edición, sin el cual, el trabajo periodístico no llegaría a manos del lector: el canillita. Gracias a su noble labor, día a día, los diarios llegan a manos de sus lectores, aún cuando las inclemencias del tiempo, sea por el calor, el fío o las lluvias, dificultan su tarea.
«El 9 de Julio», desde hace más de un siglo, llega a los hogares nueve- julienses gracias a ese nexo insustituible: el canillita. A veces jovencito, otras no tanto, el canillita tripulando con rapidez su bicicleta, cada tardecita olvida por un momento sus preocupaciones cotidianas, propias de la vida, para marchar a cumplir su trabajo y dejar el diario en la puerta del lector o entregarlo en sus manos.
A lo largo de cien años, pasaron por «El 9 de Julio» centenares de canillitas. De muchos de ellos, sus nombres se han borrado en la bruma del pasado más lejano, pero aún así, se mantiene inalterable el recuerdo de gratitud frente a la semilla que han ido sembrando.
Hoy, la tecnología ha renovado diametralmente la producción de los diarios, la tipografía de plomo dio paso a los más avanzados programas de diseño gráfico y la vieja impreso plana o la pequeña minerva a pedal, se hicieron a un costado frente a la maquinarias más modernas. Pero, sin dudas, los grandes avances tecnológicos no lograron empañar ni desmerecer el trabajo del canillita que sigue tan vigente como hace un siglo.
LA HISTORIA
El día del canillita comenzó a festejarse el 7 de noviembre de 1947, en conmemoración a la fecha de muerte de Florencio Sánchez. Este dramaturgo uruguayo dio origen a esta denominación en su obra «Canillita». En ese libro designa así a un chico de piernitas flacas que vendía diarios.
Hasta hace algún tiempo, no se editaban ni se vendían diarios ni revistas en este día. Actualmente, si bien la fecha se sigue celebrando, las publicaciones se venden como cualquier otro día.
La primera vez que se escuchó el grito de un vendedor de diarios fue en 1867 cuando anunciaba: “¡La República! ¡La República!”. Éste era el nombre de un diario de la época que ideó aquella forma de venta directa. Debido a su éxito, esta costumbre fue adoptada por otros diarios, creándose así una nueva fuente de trabajo.
EL HOMENAJE
Desde estas páginas, Diario «El 9 de Julio» tributa su más sincero homenaje a todos los canillitas que, a lo largo de diez decenios pasaron por sus filas. A los de ayer, a los de hoy, a los canillitas de todos los tiempos: ¡Gracias, por la encomiable tarea de cada día!