Por Carlos Crosa
Hoy, una vez más, aunque como de incógnito, barbijo mediante, llego al suelo natal. Los inquietos pies reconocen las persistentes baldosas taconeadas acom- pasando los sueños que forjaron mi hechura andariega.
Bajo pandemia, un malón de ausencias asola mi alma en esta vuelta.
¿Cómo evitar que eso aniquile mis ganas?, fue mi dilema entre el revoltijo de entrañas e insomnio que hicieron lugar al sueño al hallar que sólo puedo seguir soñando, y fue como un haz de luz al final de un oscuro laberinto.
Tal vislumbre diluyó el terror que me hubiera impedido captar cualquiera de esos improm- tus que hacen bello, a pesar de todo, el vivir, como lo fue en ese instante, contemplar la luz de luna que perlaba oronda mi patio.
Así, aunque como de incógnito, barbijo mediante, llego hoy, una vez más…