Cuando me senté a escribir esta nota, tenía una idea en mente. Pero luego se fue transformando en las lineas que ud. amigo lector, compañero de radio escucha, está leyendo. Sucede que hace un tiempo a esta parte, más precisamente despues de la finalizacion de las elecciones, sabíamos que íbamos a ser objeto de cierta “persecución”, no sé si llamarla ideológica o laboral, pero sabíamos lo que venía.
No le voy a mentir que al comienzo como que me dio algo de bronca, pensar que aún quienes nos animamos a exponer nuestras ideas seamos bituperados, coercionados en los decires, hasta casi humillados, ridiculizados públicamente, por el solo hecho de expresar lo que sentimos. Luego conforme iba pasando el tiempo, analizando todo desde otro lugar, me di cuenta, que debo sentir algo de orgullo. Le explicó el por qué:
Por tener un diario que aún recibiendo llamadas para que mis notas no sean publicadas, lo sigue haciendo, dando una muestra de libertad de prensa y no de empresa.
Por notar que gente tan iluminada, tan sabia, como la que nos representa se tome el trabajo de escuchar, leer, y polemizar sobre los escritos de un simple escriba que solo expone ideas “locas”.
Por sentir que un simple programa de radio, de solo 3 hs de duración, les ocupe tanto lugar en su pensamiento como para tener que idear difamaciones gratuitas envalentonados por el éxito.
Por sentir el acompañamiento de la gente, que aún en el disenso, acompañan con sus comentarios y aportes al programa.
Por hacer notar ciertas deficiencias de quienes deben mostrarnos el camino de la cordura; la concordancia, y la tolerancia.
Por lograr el reconocimiento de algunos colegas, que nos escuchan, nos leen, y despues dicen todo lo contrario, con lo cual en algún momento, alguno deberá tener razón.
Por lograr que quienes deberian dar el ejemplo democratico de convivencia, se empeñan en el no reconocimiento de las cosas que se dicen y escriben, pero que llegado el momento, actúan reparando aquellas críticas.
Modestia aparte, siento algo de orgullo, cuando “anónimos personajes”, se toman el trabajo de entrar en nuestro perfil de red social, para quitarnos las fotos, y después, expresar sobre ellas opiniones reñidas con la moral. El orgullo pasa por sacarles un poco de su “valioso” tiempo, y que se tomen el tiempo de pensar injurias, siendo que nuestra palabra carece de valor. Según lo dejaron expuesto en diversos escritos.
Mire, quizás molesten las opiniones, pero uno cobra más valor cuando los dichos en el tiempo se cumplen. Ejemplo: El matadero. Cada dia que pasa, más allá de acercarnos al aniversario del cierre, nos demuestran que aquella inauguracion de campaña, fue solo un bluf que se llevó puestas a las familias que allí trabajaban. Y aún hoy no saben como reparar aquel error. Pasaron las elecciones, la habilitacion no llega; Ya no es culpa de la Nación, sino que deberían revisar las condiciones en las que armaron de apuro en nuevo matadero, entre otras cosas, los piletones, por citar solo un caso.
Hoy sentimos que mas allá de las diferencias que siempre existen, tenemos un lugar ganado en la consideracion de la gente. Por eso, el orgullo que despues de tanta lucha por exponer realidades, hoy se tomen el trabajo de desdecirnos. Y a veces no lo logran.
Cuando me senté ante el papel para comenzar a escribir, le iba a contar que pasa el tiempo, y el matadero no funciona. Que la sesiones se siguen desarrollando en el Salón de las Américas. Que se retrasa el pago a proveedores. Que algo pasa con el depósito al Sindicato Municipal para pago a proveedores, porque todo se dilata. Que existen abultadas cifras de horas extras ¿trabajadas?. En fin, después sentí que debía contarle lo otro. Porque lo otro tambien es noticia, y muestra la verdadera cara de quienes no aceptan más opiniones que la que ellos manipulan. Fernando Durigan
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