La joven jugadora de pelota a paleta Valentina Fernández, oriunda de la localidad de Dudignac, vivió dos jornadas en el CeNARD junto a entrenadores de la selección nacional y otros jugadores seleccionados que aprendieron y disfrutaron una experiencia «increíble» a lo largo del pasado fin de semana.
El viernes ingresaron a la hora 9 en el Centro de Entrenamiento de alto rendimiento. Las actividades estuvieron bajo la coordinación de Esteban Zarabozo entrenador de la Selección Nacional, presentando a los siete técnicos con los que trabajaron los días de práctica. El domingo a las 10 horas se retiraron del CEnard.
Ante la consulta de «EL 9 DE JULIO», Valentina relató «fue una experiencia totalmente increíble, una experiencia única e inigualable. Si en algún momento los jóvenes y adolescentes tienen posibilidad de ir, tienen que sentirlo. Es increíble pisar las calles, es enorme, la inmensidad y yo tan chiquita me preguntaba cómo había llegado hasta ahí: después de pisar la única cancha de Dudignac, poder pisar el Cenard, no a todos les pasa».
La joven dudignaquense tiene 20 años y se encuentra estudiando el Profesorado de Educación Física en el Instituto Nro 27 de Bolívar, cursando el tercer año. «Eramos 20 o 30 chicos, la mayoría eran hombres y sólo dos mujeres, otra chica y yo. Eso no interfirió en nada, nos dividieron en grupos A, B, C y D y yo pertenecía al A. Todo fue muy organizado con mucho profesionalismo», señaló Fernández.
Los jugadores tuvieron charlas con nutricionistas. Jugaron en distintas modalidades de la paleta: a cuero, en goma (con Javier Nicosia), jugaron frontball, luego frontenis. Primero les hicieron hacer una entrada en calor, con elementos necesarios, explicando cómo pegarle, para evitar lesiones especialmente en la modalidad cuero. Cada actividad tuvo una hora de duración.
«Comencé con cuero. Se utiliza una paleta muy chica de un peso de 600 gramos, sólo tenía que paletear contra el frontón. El entrenador me hizo salir porque me podía lesionar. Después se armó un partido, les tenía que enseñar porque nunca había agarrado esa paleta. Me quedé afuera observando», relató.
Había dos canchas una de 30 metros y otra de 36 metros, que estaban separadas por un pasillo. Esteban Zarabozo tenía un informe y sabía de qué lugar llegaba cada uno de Tucumán, de Santa Fe, de Córdoba, de Entre Ríos, de distintos lugares de la Provincia de Buenos Aires. «Eramos muchos y todos con ganas de dar lo mejor. Algunos se lesionaba por agarrar la paleta de cuero, entonces iban a kinesiología. El profesionalismo estaba en todos lados, no paraban de trabajar y de enseñar los técnicos. tuvimos charla con un nutricionista, Javier Rodríguez quien aportó ideas para mejorar nuestra alimentación, para ganar masa muscular», agregó.
«Fue algo muy lindo que me voy a llevar en el corazón para toda mi vida. Volver a mi pueblo después de haber estado en un centro de alto rendimiento, es increíble. Lo disfruté desde que me llegó la noticia, desde que armé la valija hasta ahora que estoy descansando un poquito. Fue algo que no esperaba y que no viven todos, tanto en pelota a paleta como en otros deportes»,
En el CeNARD, el sábado jugaron Las Leonas, pero Valentina no pudo verlo debido a que en ese momento tuvo competencia en goma jugando con la otra chica en una cancha de 30 metros. Todas las prácticas eran uno versus uno. El primer ganó a la chica y después perdió con un chico, y en ese caso existió una diferencia clara.
«Quiero agradecer a mi familia, sobre todo a mi mamá (Claudia Rodríguez) que estuvo en un hotel a pocas cuadras del CeNARD, a toda la gente de Dudignac a los paleteros y al Club Atlético y Social Dudignac que hicieron un aporte económico para que pueda viajar y me regalaron una camiseta, a todo el CENARD, a Esteban Zarabozo y el cuerpo técnico increíble, a Facundo Barbutti, a Raúl Mendilaharzu, a Gustavo Esteban, a Jorge Bernasconi, a toda la gente de todos lados que saludaron y apoyaron», concluyó.
