ULTIMA NOTA-
Por Carlos Crosa Médico y escritor nuevejuliense.-
Profesor Dr. Hector Carvallo
Con la consiguiente excusa por la demora en esta última entrega, pandemia mediante, hallo oportuno referir que en las anteriores se detalló la validación de la comunidad científica internacional de la acción de la ivermectina ante el covid, no bien lo comunicaran los profesores Carvallo y Hirsch hacia julio del año pasado cuando el número de fallecidos en el país era algo mayor de 1500 en vez de los más de 100.000 a la fecha, dada la dificultosa disponibilidad inicial de vacunas.
También se consignó la renuencia –salvo excepciones- de los académicos mediáticos a difundir la alternativa de la ivermectina para disminuir las muertes hasta contar con suficientes vacunas. Dos de ellos dijeron, a lo sumo, que aquella no tenía validación científica. Otro, incluso, aseveró “la ciencia demostró que no sirve”.
Me permito aventurar sobre esto último que, bajo pandemia, lo imperioso de preservar vidas sin daño colateral a como dé lugar no deja espacio para esas validaciones (que no obstante la ivermectina tuviera según notas anteriores) como las que sí permite la normalidad
De hecho, en Santa Fe, el profesor Alonso preservó 4000 vidas; colegas de La Pampa, 2000; la dra. Miriam Luna en Caleta Olivia, 2300; el dr. Fernando Pinto en El Chaco, 7000; en José C. Paz (Buenos Aires), el dr. Haroldo de Franco, 5000. Cabe agregar que en no pocos casos se ha sumado el ibuprofenato, aún no autorizado por la ANNMAT, pero felizmente obsequiado por la Fundación Respirar y ciertas farmacias, según corresponde bajo pandemia y en el marco del protocolo de Helsinki.
Muchos de tales rescates fueron resueltos sin internación. Si a todos esos casos mencionados arriba, sumamos unos 5.000 en el resto del país por parte de médicos asistenciales, entre los que me cuento, totalizaría ello una cifra estimada en 25.000.
Ante esto último, tienta preguntarse si acaso hubieran sido menos de 100.000 los fallecidos de haberse apelado, en la coyuntura, a la ivermectina, sobre la cual cabe agregar que ha resultado efectiva, incluso contra las nuevas variantes del virus, a punto tal que en la India se utilizó exitosamente frente a la variante delta debido a que su mecanismo de acción sobre el virus es distinto al de las vacunas y, por ende, hasta contar con suficiente provisión de las mismas contra las sucesivas variantes, continuaría siendo una alternativa importante.
Como galeno de barrio, rindo homenaje a los profesores Hirsch y Carvallo por su aporte a la humanidad en los inicios de la pandemia. Lo extiendo a los colegas Mauro Raul Nicotra de Bahía Blanca, espontáneo heraldo del grupo Vacunas y Pandemia que integro junto con formuladores farmacéuticos, psicólogos, licenciados en enfermería y profesionales del derecho de todo el país. Igualmente, al ya nombrado colega Haroldo De Franco, neumotisiólogo del Hospital Mercante de J.C. Paz, distinguido colaborador en su momento del Profesor Carvallo, y como Nicotra, devenido vocero del no menos numeroso Grupo Magistral Medi que también integro.
No hallo mejor modo de cerrar esta serie de notas destacando, como nuevejuliense, que el profesor Hector Carvallo, en su honroso andar haciendo caminos, marcó incluso un hito en nuestro Hospital Julio de Vedia, y honra hoy a nuestra ciudad habiendo fijado en ella domicilio.
Merezcámoslo.