Carlos Platz (36 años, nacido en Juan M. Fernández, cerca de Necochea) y Samanta Arenaza (34 años, nacida en Ayacucho) tuvieron su punto de encuentro en Tandil. Se conocieron hace siete años y allí Carlos contagió su espítiru aventurero a Samanta.
Es que Carlos desde los 14 años soñaba con viajar, hacer un gran viaje. Es así que ambos decidieron hacer realidad este paseo en Renault 12 (modelo 1981) de punta a punta por América: desde Usuhaia (previa salida Tandil) hasta Alaska.
El fin de semana pasaron por 9 de Julio, saludando a Walter Paganti quien en su momento fue protagonista de «Hasta Alaska en Toyota» y con él se encontraron en Whitehorse, Canadá y nuevamente en Seattle, USA. Walter y Marcelo le llevaron repuestos del motor del R 12 que se les había roto en Canadá. Samanta y Carlos le contaron esta historia a EL 9 DE JULIO .
Partieron el 15 de febrero de 2009 desde Tandil y querían unir el continente de Sur a Norte. Regresaron a su ciudad de partida el 11 de diciembre de 2011. Dos años y diez meses después. Salieron dos y regresaron tres: Samanta está embarazada, y este sí que es un bebé que viene en viaje.
El inicio de todo esto fue, con las palabras de Carlos « un sueño que yo tenía de muy chico, desde los 14 o 15 años. El miedo era arrancar, dejando las comodidades. Esta fue la mejor elección, le pusimos todas las fichas a esto».
Samanta escuchaba a su novio aventurero, pero «era tanta la fuerza que tuvo él que me contagió».
Carlos tenía un comercio de venta de muebles y Samanta es Lic. en Administración. Vendieron todas sus pertenencias en una «apuesta total al viaje».
«La idea era llegar hasta Alaska y nunca sabíamos cuánto tiempo nos podía demandar. El 15 de junio de 2010 llegaron a Alaska.
El viaje lo programaron con ocho meses de gastos cubiertos. En un primer momento dormían en campings, o estaciones de servicio utilizando el automóvil como una casa rodante. El interior de la R 12 break estuvo preparado para la ocasión con una cama y todos los elementos de cocina necesarios para las comidas.
Cuando se acabaron los recursos en México comenzaron a autoabas- tecerse. «Ahí empezó otro viaje» reconocieron los entrevistados que hablaron de «otra cosa totalmente diferente».
Claro está que a lo largo del viaje encontraron muchas personas que les tendieron una mano, a excepción de Estados Unidos dónde hay mucha desconfianza por la seguridad. En países latinoamericanos recibieron hospedaje.
Allí empezaron a hacer remeras, vendiendo cosas en la calle y recibiendo ayuda. «La gran empresa fue la gente, brindándonos todo lo que se puedan imaginar», reconoció Carlos.
Además podaron árboles en Seattle, cosecharon maíz en forma manual en Canadá, este fue el mejor trabajo con una buena paga (cortaron 121.000 choclos, recibiendo 30 dólares por hora de trabajo). Allí estuvieron varias semanas y eso les permitió conseguir recursos para el regreso. Ellos dos hicieron el trabajo equivalente al de cinco personas. Esa ayuda económica que recibieron en Canadá fue algo así como «una bendición a mitad de camino, después de haber llegado a Alaska».
Se dieron situaciones en forma imprevisible en forma permanente. Los contactos y las puertas se abrían en la medida en que pasaban los kilómetros o por Internet.
Entre el viernes y el sábado los viajeros estuvieron en 9 de Julio siendo recibidos por Walter Paganti y su familia hospitalaria. El domingo Carlos y Saman- ta tuvieron un emotivo recibimiento en Tandil para comenzar con otra etapa en sus vidas que les demandará alguna que otra sorpresa.
Carlos cumplió el sueño de su vida: viajar. Descubrió en su compañera una faceta similar a la suya que le permitió ayudar a concretarlo.
CARLOS Y SAMANTA
Carlos y Samanta pasaron por una experiencia que los marcará para siempre llena de recuerdos y anécdotas. Como dice el libro «Con un 12 por América», «el sueño de aquel niño quedó escondido en los recuerdos por unos años hasta que la Ley de la Atracción unió a Carlos y Samanta en el momento justo de la vida. Cuando decidieron abandonar todas las comodidades cotidianas, la familia y los amigos para emprender una nueva vida, donde todos los días serían diferentes y llenos de incertidumbre».
Como consecuencia del amor de Carlos y Saman- ta, esta pareja espera con muchas ansias la llegada de un bebé «en viaje» que llegará en pocos meses más, con un «montón de tíos para el bebé».
UN LIBRO
Mientras viajaban escribieron el libro «Con un 12 por América», «Viviendo los sueños de aquel niño». El público de distintas ciudades les puede solicitar ejemplares por e mail a la dirección de correo conun12poramerica@ gmail.com
Allí transmitieron toda la experiencia de su viaje. Al regreso piensan escribir el viaje de regreso.
LOS NUMEROS DEL VIAJE
* Recorrieron alrededor de 105.000 kilómetros (fueron por la Costa del Pacífico y volvieron por la Costa Atlántica).
* El tiempo que demandó el viaje fueron 2 años, 9 meses y 26 días.
* Pasaron por 17 países.
* En total estuvieron en 3.000 ciudades y pueblos.
* Unas 300 familias los hospedaron o compartieron una mesa familiar con los viajeros.