El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, realizó su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un mundo mejor” en la que se refirió a la celebración de la Navidad afirmando que “las cosas están confundidas, la Navidad se anuncia públicamente por medio del arbolito, pero creo que la mayor parte de la gente que arma el arbolito o contempla esos arbolitos, no reconocen qué significa este signo”.
“En realidad – resaltó el prelado- el arbolito es un símbolo cristiano de la Navidad, que representa la vida nueva. El árbol siempre reverdece a pesar de que se lo corte; por eso representa la vida nueva que Cristo vino a injertar en el seno de la historia humana”.
“El otro símbolo es Papá Noel. ¿Quién sabe que Papá Noel es una especie de transformación, diríamos, norteamericana, de San Nicolás? Hoy día nos evoca más a Coca Cola que al mismo San Nicolás”, indicó y agregó que “esa ambigüedad de los símbolos parece que está manifestando también una ambigüedad de la comprensión del misterio” y en los saludos se evoca genéricamente la paz, el bienestar, la felicidad, la prosperidad para el año que viene. La Navidad queda como absorbida en ese plural indefinido de `las fiestas´”.
Monseñor Aguer señaló que “Jesucristo vino al mundo para traernos algo mucho más alto, trascendente, que es la salvación, y de eso se trata: vino a liberarnos del pecado, vino a elevar la condición humana a la participación en la vida de Dios. Y desde allí se derivan todos los otros bienes posibles, que son como proyecciones culturales y sociales de la aceptación del Salvador”.
El pastor platense resaltó: “Para que nuestra celebración sea como corresponde, para que responda a la realidad del acontecimiento, tenemos que pedirle a Cristo que nos traiga la salvación” y recordó que “cuando la Iglesia celebra, cada año, la Navidad no está simplemente evocando un hecho del pasado del cual se hace memoria, sino que está celebrando un misterio. Esto quiere decir que, en cada Navidad, Cristo se hace presente con su gracia y, podríamos decir, de alguna manera, que nace en nosotros”.
“La humanidad alcanza su auténtica entidad, reconoce su verdadera esencia, cuando el Hijo de Dios se hace hombre”, afirmó el arzobispo de La Plata.
Como conclusión, monseñor Aguer dijo: “El pesebre es la imagen típicamente católica, en la que se expresa la comprensión correcta de este misterio. En esta perspectiva, podemos desearnos feliz Navidad. En el saludo no sólo se desea la paz, el bienestar, la prosperidad, sino principalmente la causa de todos esos bienes. Es algo mayor: que nosotros podamos acercarnos efectivamente a la salvación que nos trae el Salvador”. +