Un hecho importante fue la respuesta unánime de tanta gente linda de todas las barriadas. Gracias a todos por entender nuestra idea y prometimos que esta no será la primera y última , sino que Dios mediante se repetirán.
Entre todos se pudo crear un clima de alegría. También existió un momento emotivo al entregarsele un presente a una de las vecinas más antiguas del barrio, Juanita Lozano de Podestá. Todos «pagaron» la entrada cuyo costo era una sonrisa acompañada de buena onda y nadie entró sin entregarla.
Texto: Oscar Amantea.
Fotos: Analía Maíz.