Hoy, 15 de mayo, Diario EL 9 DE JULIO arriba al 114° aniversario de su fundación. Una larga historia, inserta en la vida de al menos cinco generaciones de nuevejulienses, se conjuga a un presente impregnado de desafíos.
Cuando fue fundado EL 9 DE JULIO, en 1909, la comunidad de 9 de Julio aún se hallaba absorbida por el siglo XIX. Las costumbres no se habían modificado en gran medida y aún faltaba poco más de un lustro para que, el cimbronazo de la gran guerra en Europa, haga entrar al mundo prontamente en el convulsionado siglo XX.
Hoy, transitando el siglo XXI, Diario EL 9 DE JULIO marcha al unísono de los grandes retos que afrontan los medios de comunicación y, particularmente, el ejercicio del periodismo en las realidades particulares de una comunidad local.
La multiplicidad de herramientas, las aplicaciones digitales y, sobre todo, las redes sociales, han producido en la profesión periodística una transformación sustancial. Sistemas de producción, contenidos y modelos de negocio constituyen, en efecto, los principales ejes de este cambio de paradigma en el modo de concebir la labor periodística.
En ese escenario interactivo, en permanente transformación, EL 9 DE JULIO sigue en la brega, enfatizando sus contenidos en la vida de la comunidad, en la realidad local y regional y, sobre todo, en los intereses de la sociedad nuevejulienses.
Como un faro encendido se mantiene, EL 9 DE JULIO, a lo largo de 114 años. En cada período de la historia de la ciudad y del Partido de 9 de Julio, su voz siempre se alzó en defensa del bien común. Y ese ideario se mantiene vivo.
Las nuevas tecnologías nos han permitido brindar a nuestros lectores una propuesta moderna que, desde luego, acorde a los tiempos, es siempre dinámica. Sin embargo, la vida moderna con su velocidad, tan susceptible a llevar a los hombres y mujeres de hoy a los extremos del éxtasis o del vértigo, no ha modificado la doctrina que, más de un siglo atrás, le otorgaron a EL 9 DE JULIO sus sucesivos directores: jamás escribir como periodistas lo que no seremos capaces de defender como personas de bien.
Así pues, al mirar hacia atrás, se alza imborrable el recuerdo de Antonio Aita (1911-1995), el gran director de este Diario, quien le confirió sus principios rectores. Con su vida, profesionalismo y rectitud moral, Antonio, nos enseñó a ser periodistas y, hoy, seguimos su camino.
A nuestros lectores, anunciantes, colaboradores, proveedores, amigos todos, nuestro agradecimiento por permitirnos cumplir este nuevo aniversario.