Por Héctor José Iaconis.
Si no se analizara este acontecimiento en términos de fe, donde aparece indiscutiblemente reflejado el designio de la Divina Providencia, podría suponerse que el patrocinio de Santo Domingo de Guzmán para la parroquia de 9 de Julio, hoy Iglesia Catedral, fue meramente fortuito.
El 30 de junio de 1867, una comisión presidida por el jefe de la Frontera Oeste, coronel Nicolás Granada, había colocado la piedra fundamental en el lugar donde deseaba edificarse la capilla. La misma quedó terminada cuatro meses después, hecho que fue notificado a la autoridad episcopal por el presidente de la Municipalidad.
Aun cuando las autoridades del pueblo solicitaron al arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mariano de Escalada, la designación del presbítero Antonio Orzolí, aquel destinó para 9 de Julio al sacerdote italiano Antonio D’Elía. Orzolí, teniente cura en Bragado atendía la cura de almas en el pueblo de 9 de Julio cuando aún esta comunidad no contaba con un templo. Una conjetura económica, a partir de los acontecimientos que habrían de sucederse algunos años después, permiten advertir que la relación entre el padre D’Elía y las autoridades de la denominada Corporación Municipal de 9 de Julio, no fue del todo armoniosa, terminando por hacer crisis un septenio más tarde.
Al presbítero D’Elía le cupo bendecir la capilla que fue puesta bajo el patrocinio de Santo Domingo de Guzmán, el 4 de agosto de 1868.
LA IMAGEN HISTORICA
El historiador Buenaventura Vita, quien recogió el testimonio de un sobrino del sacerdote, Marcial D’ Elía, comenta que, «entre las instrucciones que le fueron dadas por la Curia, recibió la de buscar en la ciudad de Buenos Aires una imagen aparente para colocar en el altar de la nueva iglesia».
«Para cumplir -añade Vita- esa misión el cura D’ Elía se pudo en campaña recorriendo las dos únicas [sic] casas del ramo que en esa época existían en la ciudad y surtían a las iglesias y establecimientos piadosos de los artículos religiosos que necesitaban, resultándole ardua la tarea por la escasez de imágenes existentes en plaza. En una de ellas, ubicada en la antigua calle Piedad, hoy Bartolomé Mitre, encontró arrinconada detrás de una de las puertas de calle, una estatua de santo cubierta de polvo, la que, según el dueño del negocio, era ‘la vera efigie de Santo Domingo de Guzmán’”.
Ni bien efectuó la compra, el sacerdote lo informó a la Curia Eclesiástica. En virtud de hallarse cercana en el calendario la memoria litúrgica del santo, se resolvió escoger ese día para la bendición del templo en el pueblo de 9 de Julio. Esta histórica imagen es la que, desde entonces, venera la comunidad de 9 de Julio durante las procesiones realizadas en el marco de la fiesta patronal.
LA MEMORIA LITURGICA DEL SANTO
Por esos años la festividad de Santo Domingo era el 4 de agosto. El antiguo santoral, según el Vetus Ordo, la celebración de la festividad del santo estaba fijada para el 4 de agosto; sin embargo, en la actualidad, la misma se celebra el 8 de agosto.
Cuando el Papa Gregorio IX suscribió la bula canonizando a Domingo de Guzmán, el 3 de julio de 1234, señaló su fiesta para el 5 de agosto. Podría haber sido seleccionado el día 6, fecha en que murió el santo, pero ese día la Iglesia celebraba la festividad de la Transfiguración del Señor.
Hacia 1558, ocasión en la que se le dio carácter universal a la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, la fiesta de Santo Domingo fue trasladada al 4 de agosto. Luego del Concilio Vaticano II, con la reforma del calendario litúrgico, la fiesta del santo pasó definitivamente al 8 de agosto, en coincidencia con la fecha de nacimiento del santo. Para el 4 de agosto, quedó la memoria litúrgica en el rito romano de Juan Bautista María Vianney, ocasión en que se celebra además el día del párroco. Antes de la reforma litúrgica, la conmemoración del Santo Cura de Ars tenía lugar el 8 de agosto. Con esta modificación, en consecuencia, quedaron enmendadas dos conmemoraciones:
* 4 de agosto: aniversario del fallecimiento de Juan Bautista María Vianney, el Santo Cura de Ars (canonizado en 1925).
* 8 de agosto: aniversario del nacimiento de Santo Domingo de Guzmán.
PATRONO DE LA DIOCESIS DE 9 DE JULIO
El 11 de febrero de 1957, el Papa Pío XII emitió la Bula “Quandoquidem adoranda”, creando la Diócesis de Santo Domingo de Nueve de Julio (su denominación latina sería: “Sancti Dominici Novem Iulli”). A partir de entonces, el territorio diocesano junto con la sede catedralicia, fueron puestos bajos el patrocinio de Santo Domingo de Guzmán.
El 23 de marzo de 1959, a requerimiento del primer obispo diocesano de 9 de Julio, monseñor Agustín Herrera, el Cardenal Domingo Tardini, secretario de Estado del Vaticano, suscribió un Breve por medio del cual, el Papa Juan XXIII, instituyó “para siempre, a la Ssma. Virgen de Fátima, Patrona Principal ante Dios, conjuntamente con Santo Domingo Confesor, de la Diócesis de Santo Domingo de 9 de Julio, con todos los honores y privilegios litúrgicos que competen”.
En consecuencia, a partir de entonces, son patronos de la Diócesis de 9 de Julio, Nuestra Señora de Fátima y Santo Domingo de Guzmán.